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La aportación de las plantas al control pasivo del clima viene de mucho tiempo atrás

Jardines verticales modulares: nuevas tendencias en jardinería vertical

Montero Pascual, J.L., Espacios y Paisajes S.L. (jlmp@espaciosypaisajes.com) Salas Sanjuán, M.C., Dpto. Producción Vegetal. Universidad de Almería (csalas@ual.es)23/12/2010

23 de diciembre de 2010

La aportación que han hecho las plantas al control pasivo del clima es ancestral, y se debe a dos efectos distintos: el aislamiento y protección de la radiación solar junto a su acción como evaporadores naturales que transforman el calor sensible circundante en calor latente. Las plantas pueden emplearse en el exterior de los edificios en las cubiertas y fachadas con enredaderas, jardines verticales, fachadas vegetales, pérgolas y cubiertas ecológicas, y en el interior de los mismos, generando ambientes en los que el frescor aportado por las plantas y las fuentes ofrecen auténticos espacios biológicamente climatizados.
La vegetación ha sido empleada tradicionalmente en las viviendas para el control del clima en zonas cálidas, protegiéndose del sol directo, disminuyendo la temperatura y aumentando la humedad ambiental, constituyendo una forma de protegerse del calor y producir frescura y sombra. Además, las masas vegetales amortiguan los ruidos y retienen el polvo y otros elementos contaminantes del medio ambiente (CO2, formaldehido, benceno, tricloroetileno, xileno, amoniaco o acetona), sin olvidar la influencia psicológica en torno a la percepción de bienestar por los usuarios.

Por lo tanto, la vegetación nos permite un control de la temperatura por evaporación de agua desde la superficie de las plantas y desde la superficie húmeda del sustrato así como una mejora de la calidad interior del aire durante las horas de luz mediante la purificación del mismo por las plantas.

En España se está introduciendo con fuerza el empleo de elementos vegetales en el paisaje urbano en ubicaciones que no le han sido comunes hasta ahora
En España, al igual que en muchos otros países, se está introduciendo con fuerza el empleo de elementos vegetales en el paisaje urbano en ubicaciones que no le han sido comunes hasta ahora. De este modo han proliferado elementos tales como jardines verticales y/o fachadas vegetales y cubiertas ecológicas o ajardinadas. Sin embargo, son numerosas las barreras que impiden que se proyecten más intervenciones de este tipo, entre las que podemos destacar, el elevado coste de instalación, y la dificultad técnica para construirlos e incluso para manejarlos, a lo que debemos añadir la escasez de datos que cuantifiquen los beneficios que suponen y que justifiquen la inversión necesaria ante el consumidor final.
El sistema ideado por Espacios y Paisajes (Grinea ver. 75), solventa en gran medida estos problemas, ya que es un sistema modular autoportante pensado para instalaciones ligeras en fachadas y para jardines verticales domésticos autoportantes que no cuenten con paredes especialmente dimensionadas para soportar elevadas cargas (Imagen 1). En la Imagen 2 se observan dos jardines verticales instalados sin necesidad de una pared de apoyo. Las principales ventajas que este sistema ofrece se deben a su diseño modular que permite el fácil montaje, desmontaje y transporte. A su vez, las dimensiones del jardín vertical pueden ser variables en altura y anchura, con una profundidad aproximada de 25 cm, entre el espesor del sustrato y el desarrollo de la masa vegetal (Imagen 2).
Imagen 1: Jardín vertical exterior modelo Grinea ver. 75, diseñado por Espacios y Paisajes
Imagen 1: Jardín vertical exterior modelo Grinea ver. 75, diseñado por Espacios y Paisajes.
Imagen 2: Jardines verticales autoportantes instalados en stand comercial en Fruit-Attraction en octubre de 2010
Imagen 2: Jardines verticales autoportantes instalados en stand comercial en Fruit-Attraction en octubre de 2010.
El jardín Grinea ver. 75 es muy fácil de adaptar a grandes fachadas ya que está constituido por paneles modulares de hasta 250x40cm (Imagen 3), con una alta flexibilidad en el diseño de la composición vegetal. Se puede instalar en cualquier ambiente (exterior e interior) y ante cualquier tipo de pared ya que tiene una estructura autoportante, ligera e impermeabilizada.

El mantenimiento del sistema y la gestión del riego son muy sencillos gracias a las propiedades físico-químicas del sustrato empleado. Permite un uso eficiente del agua ya que incorpora en el diseño un sistema hidropónico de recirculación constante de drenaje desde el depósito. A modo de facilitar su transporte y manipulación está diseñado para un montaje en seco y proceder posteriormente a realizar la plantación directa en vertical.

Imagen 3: Jardín vertical exterior instalado en Almería
Imagen 3: Jardín vertical exterior instalado en Almería.
En el sistema diseñado por Espacios y Paisajes tiene gran importancia la componente estética ya que gracias al tipo de estructura la disposición del sustrato no necesita una fijación visible, provocando un efecto de tapiz vegetal totalmente natural.

El sistema propuesto por Espacios y Paisajes, aparte de la estructura marco de los módulos, que puede presentarse en diferentes colores, acabados, tamaños, etc., el sustrato está expuesto totalmente y no requiere ningún tipo de cubierta o estructura plástica para la sujeción del mismo, lo que le confiere una continuidad de fondo verde natural detrás de las plantas, gracias al desarrollo de algas y musgos en la superficie más exterior del sustrato.

El tapiz vegetal se adapta y cambia según la distribución de las plantas seleccionadas en función de sus colores, flores, porte, aromas, etc. contribuyendo a enriquecer estéticamente el lugar donde se instale, según el gusto de cada usuario. También se puede rediseñar libremente con diferentes especies a lo largo del tiempo, ya que los elementos vegetales son sustituibles fácilmente lo que contribuye a enriquecer estéticamente el lugar donde sea instalado (Imagen 4).

Imagen 4: Diseño y plantación de jardín vertical interior
Imagen 4: Diseño y plantación de jardín vertical interior.
Son numerosas las especies susceptibles de ser utilizadas en este sistema, lo que le confiere la posibilidad de diseñar el muro y nos permite instalarlo tanto en el exterior como en el interior (Imagen 5) de los edificios, de forma que ocupando apenas un metro cuadrado en planta de nuestro suelo obtengamos hasta 6 m2 para “pintar” el jardín vertical que siempre quisimos tener.
Imagen 5: Jardín vertical interior (izquierda) y exterior (derecha)
Imagen 5: Jardín vertical interior (izquierda) y exterior (derecha).

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