AEPLA presentó en Sevilla el Informe 'Low Yield'

Las consecuencias 'desastrosas' de una legislación europea de protección de cultivos basada en la peligrosidad

David Pozo22/02/2017

El Symposium Nacional de Sanidad Vegetal fue el marco escogido por la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (AEPLA) para presentar el pasado 26 de enero los resultados del informe 'Low Yield' llevado a cabo por la consultora Steward Redqueen a instancias de European Crop Protection (ECPA). El objetivo del mismo es analizar los efectos socioeconómicos que una legislación basada en la peligrosidad de los productos fitosanitarios conlleva para la agricultura y el suministro agroalimentario europeos.

En la actualidad Europa se está jugando mucho en materia fitosanitaria y el informe 'Low Yield', presentado recientemente por Aepla, pone de manifiesto como la posible eliminación de unas 75 de las 400 sustancias disponibles actualmente pueden significar miles de millones de pérdidas para agricultores y productores. “En Europa existe una legislación basada en la peligrosidad y en la prohibición, lo que significa que el agricultor cuente cada vez con menos herramientas para combatir plagas, aumentando de esta forma las resistencias y entrando el riesgo la productividad. ¿Cómo cumplirá el productor con los exigentes límites que les ponen las cadenas de distribución?”, afirmaba durante la presentación Carlos Palomar, director general de AEPLA. “Con este estudio queremos aportar datos objetivos que influyan en los posibles cambios normativos a nivel europeo. Los políticos han de volver a escuchar a los científicos y no actuar dependiendo de los impulsos de la opinión pública”, añadió.

"Europa somete a sus agricultores a una injustificada presión a través de esta estricta y arbitraria legislación, omitiendo la profesionalidad demostrada por el sector", señaló Cristobal Aguado, presidente de AVA ASAJA. "La realidad es que el agricultor necesita proteger sus cultivos frente a plagas y enfermedades. La ciencia ha puesto a nuestro alcance eficaces herramientas para garantizar la salud de los alimentos que producimos y que llegan a la mesa de los consumidores. Los utilizamos cuando resulta necesario y siempre respetando las recomendaciones establecidas. Somos los primeros interesados en aplicar estas tecnologías de manera correcta, y eso es algo que nuestra sociedad parece desconocer. Debemos comunicarlo, sólo así el consumidor conocerá el trabajo responsable llevado a cabo para garantizar un suministro suficiente de alimentos sanos y seguros", añadió.

75 sustancias menos, igual a dejar de ser autosuficiente en cultivos estratégicos

Hedda Eggeling, representante de la consultora Steward Redqueen y coautora del informe, presentó las principales conclusiones del estudio llevado a cabo en 9 países comunitarios (entre ellos España y que representan el 62% del valor de los cultivos básicos de la UE), analizando 7 cultivos básicos y 24 especializados. Entre los efectos directos sobre la producción agraria, se identifica una disminución de entre un 10-20% de rendimiento en cebada, trigo, colza y maíz; de entre un 30-40% en patata y remolacha y un 20% en viña. La mejora de los rendimientos y la disminución de los costes de producción para estos cultivos contribuyen a una mejora de la renta agrícola de 17 mil millones de euros, y la rentabilidad global de las explotaciones agrícolas aumenta un 40% gracias al uso de las 75 sustancias. Si en cinco de los siete cultivos la UE es actualmente autosuficiente, la nueva situación conllevaría que la UE dependa probablemente de las importaciones para más del 20% de su demanda de cultivos básicos. Además, unos 540.000 puestos de trabajo corren un riesgo medio o alto de desaparecer debido a los márgenes relativamente 'estrechos' para estos cultivos. Mayores importaciones significarían también un aumento de las emisiones de carbono en 49 millones de toneladas de equivalente CO₂, con un incremento en términos financieros por un valor de 500 M€.

Para la viabilidad económica de los 24 cultivos especializados, gracias a su uso el rendimiento oscila entre el 40 y el 100%, un total de 12 millones de toneladas, dando empleo directo a 300.000 personas de las que cerca de un 60% corren un elevado riesgo de perder su puesto de trabajo debido a las pérdidas relativamente importantes en los márgenes.

Los cultivos mediterráneos estudiados, al ser cultivos menores, se benefician actualmente de un número preciso de sustancias activas registradas. Una visión a corto plazo deja entrever una disminución del rendimiento de la viña del 20% (-22% en Francia, -13% en España, -20% en Austria, y hasta del - 30% en Italia). Por ejemplo, en uva la UE es actualmente autosuficiente. La pérdida de las 75 sustancias activas obligará a la UE a importar 4 millones de toneladas de uva de los terceros países. Además, se prevé que los rendimientos disminuyan un -92% en zanahoria, -60% en manzana, -65% en pera, -40% en aceituna, -36% en tomate, -36% en cítricos y -15% en cereza.

Impacto altísimo para cultivos estratégicos en España

En el caso español se analizaron ocho cultivos (tomate —de industria y de invernadero—, remolacha, olivar, cítricos, viña, girasol, cereza y arroz), cuya producción sería 11 Mt superior y generarían un valor de 2.700 millones de euros más por año con las 75 sustancias en riesgo que sin ellas. Por ejemplo, habría un 85% menos de producción de tomate de industria y el sector citrícola sería el más afectado con unas pérdidas cuantificadas en cerca de 1.500 millones de euros.

Para remolacha, aceituna y tomate de invernadero, el rendimiento contando con estas sustancias es entre un 35 y un 45% mayor que sin ellas y el rango para el resto de cultivos sería de entre un 15 y un 30% mayor, incrementándose los costes de producción variables relativos a los cultivos básicos cerca de un 50% por hectárea.