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El 12º Symposium de Sanidad Vegetal demostró que el sector está preparado para los nuevos retos que se le presentan

Sanidad Vegetal: el inicio de una nueva época

David Pozo08/02/2013
Si de algo eran conscientes los más de 700 inscritos al 12º Symposium de Sanidad Vegetal, celebrado en el Hotel Melià Lebreros de Sevilla del 23 al 25 de enero, fue que se abre para todo el sector una nueva época. La trasposición definitiva de la Directiva de Uso Sostenibles de Fitosanitarios, la entrada en vigor del nuevo Plan de Acción Nacional, la obligatoriedad de la Gestión Integrada de Plagas a partir del 1 de enero de 2014 o la aparición de la figurar del asesor, fueron los ejes de unas jornadas que llegaron en el momento 'histórico' justo para adquirir aún mayor relevancia.

Sevilla adquirió durante tres días un papel fundamental para el sector de la sanidad vegetal en España, y lo hizo en un momento estratégico, tal y como reconoció durante la inauguración del Symposium, Valentín Almansa, director general de Sanidad de la Producción Agraria del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA): “El Symposium de Sanidad Vegetal es vital e imprescindible y se celebra en el momento perfecto debido al importante cambio de nuestra forma de producir en términos generales, ya que no sólo hay que cumplir la nueva normativa de fitosanitarios sino cambiar la rutina, las formas de hacer, quizás lo más difícil”.

Judit Anda, secretaria general de Agricultura y Alimentación de la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, explicó que los cambios normativos en la sanidad vegetal supondrán “una importante transformación en la forma de hacer”, de gran transcendencia comparable a la actual reforma de la PAC, que afectará a todo el sector de fitosanitarios. Dstacó la importancia del trabajo de divulgación de este nuevo marco legal que es más respetuoso con el medio ambiente, donde destaca la formación, la revisión de los equipos de fitosanitarios y la gestión integrada de plagas, entre otras. Además explicó que Andalucía ya tiene mucho avanzado en ese sentido, con herramientas como la Red de Alerta de Información Fitosanitaria (RAIF), con más de 5.500 puntos de información para un asesoramiento correcto, y con casi 900 técnicos orientando como asesores en la Atrias.

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Por su parte Antonio Vergel, presidente del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas, organizador del symposium, explicó que “informar sobre la nueva normativa en sanidad vegetal a todos los sectores implicados (agricultures, distribuidores, empresas públicas, y privadas, etc.) y sus implicaciones puede convertise en un problema. Por lo que para informar sobre este nuevo marco normativo y su Plan de Acción Nacional se va a crear un Proyecto de difusión denominado 'Pueblo a Pueblo' que implicará a todo el sector y les informará sobre sus obligaciones, etc.

Fernando García Prieto, presidente del symposium, destacó el compromiso del sector en mejorar la protección de nuestros cultivos a través de la Gestión Integrada de Plagas y explicó que la figura del asesor ha cobrado por fin el protagonismo que históricamente se ha demandado desde el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Andalucía Occidental.

La Directiva de Usos Sostenibles de Fitosanitarios, protagonista de la primera jornada

El primer ponente en intervenir fue Juan de Benito de Diego, miembro del comité técnico del simposio, quien hizo un primer repaso de que cómo ha ido cambiando la regulación en sanidad vegetal a lo largo de estos últimos años hasta llegar a la aprobación en noviembre del RD 1311/2012 como Marco de Actuación para conseguir un uso sostenible de los Productos Fitosanitarios –precedida por la aprobación del RD 1702/2011 sobre Inspecciones periódicas de los equipos de aplicación de productos fitosanitarios–. Dentro de este nuevo marco destacó el nuevo Plan de Acción Nacional, que entró en vigor el pasado 1 de enero y que tiene una duración de 5 años; la obligatoriedad de la Gestión Integrada de Plagas a partir del 1 de enero de 2014, poniéndose todos los medios para reducir los productos fitosanitarios mediante el uso de alternartivas no químicas; y la importancia que adquiere en este panorama la figura del asesor y de la formación de los todos los profesionales que estén contacto con fitosanitarios (aplicadores y vendedores), que antes de noviembre de 2015 deberán disponer de su carnet correspondiente. Según Juan de Benito, para reducir los riesgos derivados de los fitosanitarios, además de la formación, son necesarias medidas como la limitación de las aplicaciones aéreas, la implementación de medidas para proteger el medio acuático y reducir los riesgos en zonas de especial protección, así como medidas de almacenamiento y manipulación.
Valentín Almansa, director general de Sanidad de la Producción Agraria del MAGRAMA, fue el siguiente en tomar la palabra y desgranó las nueve claves del Plan de Acción Nacional que se ha puesto en marcha a raíz de la aprobación del RD 1311/2012. Según Almansa, “no se trata de un plan de accion cerrado, sino modificable durante su duración, y desde el gobierno y las CC AA se está dispuesto a realizar los cambios que sean necesarios para mejorarlo”. Los nueve puntos sobre los que se basa el plan son:

1) Gestión Integrada de Plagas: No se excluyen los fitosanitarios, pero serán una segunda opción en caso de que otros métodos no funcionen. Para Valentín Almansa se trata de un cambio radical para algunos, mientras que para otros solamente seguir trabajando con métodos que ya venían aplicando hace tiempo, y añadió: “Aquí la figura del asesor será fundamental para saber cómo luchar contra las plagas, no será quien firme lo que el productor diga”. Además desde el ministerio ya está elaborando una Guía de Buenas Prácticas, con ejemplos gráficos, y cada productor estará obligado a disponer de un cuaderno de explotación en que se anoten todas las acciones realizadas en el cultivo.

2) Formación: “Si tengo conocimientos puedo saber qué es lo mejor para mis cultivos”. Con esta frase Almansa explicaba la obligatoriedad que tendrán todos los profesionales del sector de estar formados a distinto nivel (Básico, Cualificado, Fumigador, Piloto aplicador, etc.)

3) Ventas de fitosanitarios: Se requerirá que quien venda un fitosanitario tenga la formación para asesorar al comprador y se intentará poner en un funcionamiento una aplicación información que sirva de registro de transacciones.

4) ROPO: Registro Oficial de Operadores y Productores de Medios de Defensa Fitosaninarios

5) Aplicaciones aéreas: Quedan totalmente restringidas, y en algunas excepciones se podrán aplicar en zonas y cultivos muy concretos, siempre solo con productos que tengan registro propio para aplicación aérea.

Valentín Almansa durante su exposición ante el 12º Symposium de Sanidad Vegetal
Valentín Almansa durante su exposición ante el 12º Symposium de Sanidad Vegetal.
6) Protección de medios acuáticos mediante una normativa perfectamente establecida

7) Protección de zonas protegidas mediante clasificaciones específicas de las mismas

8) Almacenamiento y gestión de envases y residuos fitosanitarios

9) Regulación de los usos no agrarios de fitosanitarios

Para Almansa, “la nueva regulación proviene de un debate largo, que comenzó en 2002; que no puede venir de sorpresa para nadie, porque durante este tiempo ha habido muchas oportunidades para opinar; no conlleva elementos o normativas extrañas; se trataba de algo que el mercado ya solicitaba; y nos encontramos más que ante un reto, ante una oportunidad”.

José Antonio González, subdirector general de Sanidad e Higiene Vegetal y Forestal, fue el encargado de pormenorizar los objetivos específicos del Plan de Acción Nacional, que tiene un horizonte temporal hasta 2017. “Lo hemos conseguido en plazo con el esfuerzo de todos y una participación muy amplia del sector, administraciones, etc.”. Lo definió como “un buen plan, posible y realista” que pretende hacer más sostenible el uso de fitosanitarios. González resumió los objetivos en siete puntos: mejorar la formación e información sobre el uso sostenivle de fitosanitarios; fomentar la investigación, la innovación y la transferencia tecnológica en la GIP y en uso sostenible de productos fitosanitarios; fomentar la GIP para conseguir un uso racional de los fitosanitarios; promover la disponibilidad de fitosanitarios eficaces, a la vez que respetuosos, en el control de plagas, enfermedades y malas hierbas –eso significa reducir los grandes retrasos que sufre en España el registro de productos nuevos–; fomentar técnicas que minimicen el riesgo en la utilización de fitosanitarios; intensificar los programas de vigilancia sobre la comercialización y uso de productos; y reducir el riesgo derivado de la utilización de fitosanitarios en áreas sensibles y espacios naturales.

Cerró la jornada matinal Rafael Olvera, director general de la Producción Agrícola y Ganadera de la Junta, quien destacó en su ponencia que la gestión integrada de plagas es una nueva obligación, pero desde Andalucía “aunque hay que seguir avanzando no partimos desde cero”. En este sentido, “la Comunidad cuenta con sistemas como la producción ecológica, donde ya se cuenta con un millón de hectáreas, la producción integrada, con 500.000 hectáreas, y las Atrias (Agrupaciones para el Tratamiento Integrado en Agricultura), con lo que el 35% de la superficie de Andalucía ya cumple la directiva. Tenemos que seguir avanzando en formación, aplicaciones, etc.”.

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Ricardo Alarcón, jefe del Servicio de Sanidad Vegetal de la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía, fue el encargado de explicar la importancia de la Red de Alerta e Información Fitosanitaria (RAIF), que ofrece una serie de herramientas a los agricultores, técnicos, empresas, etc. que les permiten conocer prácticamente en tiempo real las distintas variables que pueden afectar a la sanidad de sus cultivos, con el objetivo del control integrado de plagas como meta. Andalucía se adelanta de esta forma a los aspectos planteados en la Directiva 2009/128/CE por la que se establece el marco de actuación comunitaria para conseguir un uso sostenible de plagas, ya que establece que “los estados miembros velarán porque los usuarios profesionales tengan a su disposición la información y los instrumentos para el seguimiento de las plagas y la toma de decisiones” que será obligatorio a partir del 1 de enero de 2014.

A continuación, Emilio Gil, profesor titular de la UPC, analizó la situación actual de la revisión de equipos de aplicación de fitosanitarios tras la publicación del RD 1702/2011 a finales de 2011. Según Gil, en estos momentos la única CC AA que ha publicado una normativa ha sido Navarra, y otras como Cataluña, Andalucía, Murcia, Aragón, Comunitat Valenciana o La Rioja ya disponen de un borrador muy avanzado. El profesor añadió que actualmente se baraja que la cifra de equipos a inspeccionar ronda los 300.000, mientras que el número de equipos registrados en el ROMA solo es de 138.000. “Conocer la cantidad exacta de equipos, también permitirá saber las unidades de inspecciones que se necesitan, que actualmente calculamos entre 85 y 90 en toda España”.

El coste de la inspección podría estar, sin ser una cifra oficial, en un precio aproximado de 125-150 euros/inspección. Gil explicó que en vez de una nueva carga impositiva para el agricultor se deben observar las ventajas de esta cifra. Al ser una inspección obligatoria cada 3 años, se puede hablar de unos 40 euros/año, entre 3 y 4 euros/mensuales. Esta cifra no es nada en comparación con el beneficio económico que supone un equipo correctamente revisado, ya que puede ahorrar, como mínimo un 10% del coste total de la protección de cultivos (en productos fitosanitarios, tiempo, agua, etc.), y se reduce la cantidad de producto empleado. Es decir, esos 40 euros/años hay que interpretarlos como una inversión de alta rentabilidad y no como una traba o impuesto añadido.

El profesor Emilio Gil durante su ponencia sobre el desarrollo de la nueva normativa de revisión de equipos de apliación...
El profesor Emilio Gil durante su ponencia sobre el desarrollo de la nueva normativa de revisión de equipos de apliación.
Por su parte, Carlos Palomar Peñalba, director general de Aepla (Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas), propuso los indicadores para el uso sostenible de fitosanitarios que deben basarse en la sostenibilidad económica, ambiental y social. Además de los mencionados, fomenta otros indicadores eficientes que los complementarían: indicadores relevantes, comparables, prácticos y posibles, comprensibles y verificables. El Plan de Acción Nacional recoge los indicadores anteriormente citados y considera muy importantes aquellos relacionados con la gestión integrada de plagas, la formación de los agricultores y el control de almacenes, el tráfico de fitosanitarios ilegales y de la calidad de las aguas. Considera vital que se pueda establecer un valor cuantitativo como objetivo, indispensable para medir si las medidas son escasas, medias o sobresalientes.

Como el Plan debe ser desarrollado y revisado de forma periódica, se podrá hacer una revisión de esos indicadores, considerando aspectos como la productividad, la viabilidad económica y el desarrollo. Para ello cada 1 de julio el MAGRAMA publicará un informe de evaluación del Plan con los datos recogidos por las CC AA. La industria recomienda además nuevos indicadores que comparen los efectos por áreas y cultivos y entre el uso de fitosanitarios y alternativos como por ejemplo el rendimiento del cultivo en el año, las condiciones climáticas en la campaña, los costes de producción, etc.

El punto y final a la primera jornada lo puso Luis Victorino Martínez, director de Desarrollo y Comunicación de Sigfito, quien explicado que el Real Decreto de Uso de Sostenible de Productos Fitosanitarios establece las disposiciones necesarias para conseguir un uso sostenible de estos productos, incidiendo en la reducción de los riesgos y sus efectos del uso en la salud humana y el medio ambiente. El RD contempla la recomendación del triple enjuague y las restricciones de verter restos de mezcla o la dilución previa entre otras. Se prohíbe el vertido de los restos de mezclas y en ningún caso se podrán lavar equipos a distancias inferiores de 50 metros de las masas de aguas superficiales y pozos. En el transporte de extremarán las precauciones para evitar vertidos. En cuanto al almacenamiento, los fitosanitarios se guardarán en armarios o en cuartos ventilados y provistos de cerradura; además, tienen que estar alejados de aguas superficiales y de las zonas en riesgo de inundaciones.

En el Real Decreto se recogen las pautas para evitar riesgos de la salud y del medio ambiente, también establece que un técnico proporcionará información en relación con el uso de los productos fitosanitarios. Así el agricultor sabrá qué hacer para reciclar los envases de Sigfito, que dispone de más de 3.200 puntos de recogida por España. Además del enjuagado del envase tendrán que almacenar los envases vacíos en una bolsa hasta el momento de entrega y pedir un justificante de entrega que conservará al menos durante 3 años. Sigfito recoge más del 55% por ciento de todos los envases fitosanitarios, reciclándose un 95% de todo lo que se recoge. Según Luís Victorino, las medidas del Real Decreto favorecerán el aumento de ese porcentaje de recogida de envases.

Gestión Integrada de Plagas, de obligado cumplimiento

La segunda jornada se centró en la Gestión Integrada de Plagas (GPI), materia en la que España y especialmente algunas de sus regiones, como es el caso de Andalucía, es alumna aventajada. A partir de 2014 lo que era una práctica creciente por la demanda del propio mercado se convierte en obligatoria. El primero en tomar la palabra durante la segunda jornada del Symposium fue Carlos Romero, jefe de Servicio de la Subdirección General de Sanidad e Higiene Vegetal y Forestal, quien explicó como la Directiva de Uso Sostenible (DUS) establece que los Estados Miembros tienen la obligación de garantizar la aplicación de la Gestión Integrada de Plagas, al mismo tiempo deben velar para que los usuarios profesionales tengan acceso a instrumentos para el seguimiento de plagas, para la toma de decisiones y a servicios de asesoramiento como las redes de alertas, las guías de cultivo y asesores. Estas obligaciones de la Directiva se han traspuesto en el Real Decreto 1311/2012 por el que se establece el marco de actuación para conseguir un uso sostenible de productos fitosanitarios, estableciéndose, entre otras novedades, un sistema de asesoramiento cuyo primer paso es delimitar cultivos y explotaciones exentas de tal asesoramiento. Entre ellas, la producción integrada y la ecológica. En el contenido de la documentación de asesoramiento deberán figurar el contrato de asesoramiento, la memoria descriptiva de la explotación, el documento de asesoramiento y las superficies máximas por cultivo que pueden ser asesoradas. Por otra parte, en el seno del Comité Fitosanitario Nacional se está trabajando actualmente para definir las primeras guías de cultivo que deberán estar listas antes del 1 de enero de 2014.

Posteriormente llegó el turno para las diferentes experiencias que a nivel de GIP se están llevando a cabo a nivel nacional. Alfonso Lucas, técnico de Gestión de Plagas del Servicio de Sanidad Vegetal de la Región de Murcia, explicó los beneficios para el control eficiente de las plagas en el cultivo de cítricos gracias a la aplicación de técnicas de gestión integrada. Este cultivo presenta condiciones muy favorables para la implantación de este tipo de técnicas, entre las que destacan el control biológico y tecnológico. Las buenas expectativas que esta situación ofrece al cultivo deben verse arropadas por un incremento del consumo y por un mejor precio de venta de la cosecha, de forma que los agricultores tengan un incentivo real para incorporar estas tecnologías.

Aunque no todos los problemas del cultivo pueden resolverse por estos métodos, un número importante de ellos pueden ser controlados de forma aceptable. No significa prescindir absolutamente de los fitosanitarios sino racionalizar su uso y armonizarlo con insectos auxiliares o el control tecnológico, consiguiendo frutos con bajos niveles de residuos según la demanda del mercado. Por ejemplo, algunas de las cochinillas que afectan a los cítricos pueden ser controladas de forma biológica con sus propios depredadores o parásitos naturales que las eliminan; y complementariamente también se emplean técnicas de confusión sexual, como en el caso del Piojo rojo de California.

Alfonso Lucas, técnico de Gestión de Plagas del Servicio de Sanidad Vegetal de la Región de Murcia...
Alfonso Lucas, técnico de Gestión de Plagas del Servicio de Sanidad Vegetal de la Región de Murcia, durante su ponencia sobre la experiencia de la puesta en práctica de la GIP en cítricos.
Posteriormente, el turno fue para el tomate de industria, donde la GIP se ha convertido en un aliado perfecto para combatir a la 'Tuta absoluta'. José Manuel Durán, jefe del Departamento de Entomología del Laboratorio de Producción y Sanidad Vegetal de Sevilla, presentó el trabajo de investigación y las actividades realizadas durante los últimos tres años a raíz de la aparición de esta plaga en el tomate de industria en Andalucía Occidental dentro de una estrategia de gestión integrada de plagas. El tomate para transformado industrial ocupa en Andalucía 3.500 hectáreas (promedio 2007-2011), el 97% de ellas están ubicadas en la provincia de Sevilla. La aplicación de la producción integrada comenzó en la campaña de 2009 y desde entonces el 80% de la superficie dedicada a este cultivo en Andalucía se aplica bajo estas técnicas.

Ante el temor a la nueva plaga, la anterior Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía concretó un convenio de colaboración con las Cooperativas de las Marismas de Lebrija y Las Palmeras de El Trobal para desarrollar una estrategia de manejo integrado de 'Tuta absoluta' en tomate al aire libre, ya que en el convenio se incluyó a la SAT Hortoventas de Ventas de Zafarraya, dedicada a la producción de tomate al aire libre para consumo en fresco. De forma paralela se contaba con un proyecto puesto en marcha por el Ifapa para evaluar estrategias alternativas para el manejo de plagas de lepidópteros en algodón y tomate para industria en el Bajo Guadalquivir.

La aplicación de la Directiva de Uso Sostenible no presenta dificultades en este cultivo, según Durán, considerando la trayectoria seguida en los últimos años, ya que el 80% de la superficie en Andalucía aplica el reglamento de producción integrada. En la campaña 2012, cuatro agrupaciones de producción integrada dieron cobertura a 326 productores que han cultivado 373 parcelas (el 85% del total) supervisadas por 10 técnicos acreditados, con un promedio de 153 hectáreas cada uno de ellos. El 20% de la superficie no acogida producción integrada también se cultiva bajo el control de la industria transformadora con la presencia de técnicos de campo y en todos los casos bajo las normas que las empresas compradoras del producto suelen imponer.

El arroz fue otro de los grandes protagonistas, ya que junto a las áreas forestales, padecerán más que el resto de cultivos las fuertes restricciones sobre las aplicaciones aéreas de fitosanitarios. Francisco Javier Suárez, responsable de Investigación y Comunicación de la Federación de Arroceros de Sevilla, explicó la experiencia de la la Gestión Integrada en el Arroz, que se puso en marcha en 1998 con 10.000 hectáreas de cultivo. Quince años después es significativa la reducción de los tratamientos químicos, directamente relacionada con la labor de los técnicos, evitando las aplicaciones sistemáticas. Hoy en día se cultivan 35.000 hectáreas de arroz bajo estas técnicas, unas 950 solicitudes de la PAC, lo que sitúa a Andalucía como la primera región productora de arroz de España, con un rendimiento medio de unos 9.000 kg/ha, muy por encima de Italia, como primer productor de la UE en superficie, o de Tailandia o Estados Unidos.

Todo esto se ha conseguido, según Suárez, mediante una organización, coordinación y estructura técnica que justifica el empleo de métodos de control integrado como garantía del éxito. “Podemos decir que todos nuestros agricultores son conscientes de las ventajas de este sistema de producción y de los beneficios que proporciona a nuestro sector, manteniendo un constante compromiso de respeto y conservación de su entorno”.

Santiago Planas, director científico del Parque Científico y Tecnológico Agroalimentario de Lleida, fue el encargado de explicar la optimización de la dosis de fitosanitarios en los cultivos arbóreos en consonancia con la nueva legislación. Los frutales, viñedos y cítricos suponen en la UE27 más de 4,5 millones de hectáreas, el 4,4% del suelo cultivado. En España representan el 12,3% de la superficie. Según los datos de la ECPA (European Crop Protection Association) estos cultivos consumen el 14% de los productos fitosanitarios utilizados por el sector agrícola europeo. La ausencia de un sistema armonizado de recomendación de dosis es uno de los mayores retos a afrontar. Es importante no solo la eficacia del tratamiento sino también las pérdidas de producto que deben reducirse al mínimo para evitar costes y riesgos añadidos. Por eso, ha propuesto el método Dosafrut, que permite reducir la dosis aplicada, optimiza el volumen pulverizado en cada tratamiento para reducir las pérdidas y los riesgos personales, ambientales y los residuos sobre los frutos.

A la jornada matinal le puso la puntilla Vicente Marco, profesor titular de la Universidad de la Rioja, quien explicó que en España, que cuenta con la mayor superficie de viñedo del mundo (1,1 millones de hectáreas), la herramienta química sigue siendo la más utilizada en la lucha contra las plagas de la vid, pero que también es cierto que se trata de uno de los cultivos donde se están incorporando más acciones y se han generado más conocimientos relacionados con los requisitos que fundamentan la práctica de la GIP. Incluso es cada vez es mayor la superficie de cultivo acogida a la la producción ecológica. Esto es posible a los diferentes grupos de investigación, organizaciones y grupos de trabajo.

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Mercedes Campos, de la Estación Experimental del Zaidín (Granada), fue el encargado de abrir la jornada vespertina explicando que las posibilidades de aplicar el control biológico de plagas en el olivar, usando enemigos naturales contra sus plagas y enfermedades son muchas, ya que posee unas características que le confieren un gran potencial ecológico. Dentro de las estrategias de control biológico se encuentran diferentes tipos, entre las que destacan el control biológico aumentativo, es decir, la liberación intencionada de enemigos naturales nativos o introducidos para que se multipliquen y controlen el problema durante un tiempo determinado. De todas formas, Campos incidió que ante la gran preocupación por determinar los riesgos ecológicos que representan los insecticidas aplicados en el olivar será necesario potenciar la realización de estudios más complejos y desarrollar métodos estandarizados que consideren un mayor número de efectos, permitiendo elegir los productos más selectivos y la aplicación racional de los mismos. También recalcó que la importancia en la gestión integrada del olivar no depende simplemente de la cantidad de medidas de lucha empleadas, sino de saber seleccionar la combinación más adecuada de los métodos disponibles.

Xavier Pons, catedrático de Entomología de la Universidad de Lleida, centró su ponencia en el control integrado de plagas en los espacios verdes urbanos, las diferentes estrategias en el manejo de enemigos naturales para controlar las plagas y los trabajos de investigación que se están desarrollando desde la Universidad de Lleida. A su juicio es esencial mantener la vegetación en buen estado mediante la identificación de las plagas y sus enemigos naturales, así como un seguimiento periódico para saber cómo evoluciona. Es indispensable la formación del personal técnico y el uso de biopesticidas y de otras técnicas de control como las feromonas, dejando los plaguicidas como último recurso.

Pablo Bielza, catedrático de la Universidad Politécnica de Cartagena, explicó que las plagas llevan millones de años desarrollando resistencias. Actualmente la resistencia a plaguicidas es un problema importante, por lo que considera vital el desarrollo de estrategias anti-resistencia. A su juicio, la mejor estrategia anti-resistencia es una verdadera gestión integrada de plagas, en el que se combinen los distintos métodos de control de manera eficaz.

Por último, Antonio Molina, catedrático en Ciencias Biológicas por la ETSI Agrónomos de la Universidad Politécnica de Madrid, se centró en la resistencia inducida como herramienta de utilidad en la protección vegetal. La nueva normativa europea sobre sustancias químicas está limitando el número y el tipo de materias activas utilizables en la protección de cultivos. Esto junto con la necesidad de desarrollar una agricultura más sostenible hace necesario el desarrollo de nuevas tecnologías de protección de cultivos. La implementación en España de la tecnología de inmunización o vacunación a la carta de los cultivos permitirá al sector, según Molina, dar un salto de calidad y mejorar su competitividad al poder obtener productos agrícolas con cero residuos y desarrollar una agricultura más sostenible y competitiva.

La formación y la transferencia tecnológica centran la última jornada

La última jornada se centró en el asesor y en la 'receta fitosanitaria' como claves para garantizar la salud humana y del medio ambiente en el nuevo modelo de la agricultura europea. La implantación obligatoria de un documento de asesoramiento que recoja las prescripciones técnicas aplicables a las explotaciones agrarias, solo podrá ser firmada por un asesor con la formación académica adecuada y estará regulado, como en otras profesiones (medicina, veterinaria, etc.), ya que debe estar inscrito en un Registro Oficial de Operadores (ROPO) del Ministerio de Agricultura.

Las enfermedades, las plagas y malas hierbas repercuten negativamente sobre la productividad agroforestal y los escenarios para su control son de una complejidad creciente, según explicó Rafael M. Jiménez Díaz, catedrático de Patología Vegetal de la Universidad de Córdoba y Presidente de AESaVe (Asociación Española de Sanidad Vegetal). Afrontar los retos de la sanidad vegetal del presente radica en la formación de los titulados y en la figura de los asesores. La Directiva 2009/128/CE considera que estos deben disponer de un nivel de especialización en sanidad vegetal y que ésta reciba el reconocimiento profesional que corresponde a la disciplina 'Medicina Vegetal'. Sin embargo, Jiménez Díaz denunció que “desafortunadamente durante las sucesivas modificaciones de los planes de estudio de las titulaciones universitarias agroforestales se ha producido una continuada erosión de las enseñanzas en las disciplinas de la sanidad vegetal”. Sorprende, según Díaz, que la reducción de estas enseñanzas se han producido al mismo tiempo que desde un punto de vista social y técnico aumenta el protagonismo de las estrategias de Gestión Integrada de Plagas como consecuencia de la importancia de la agricultura sostenible.

El siguiente en tomar la palabra fue Ramón Albajes, coordinador del máster en Protección Integrada de Cultivos de la Universidad de Lleida, quien explicó que ninguno de los grados españoles tienen materias relacionadas con la sanidad vegetal que juntas sobrepasen los 9 créditos. Por lo tanto “casi ningún grado español en ingenierías agrícolas y similares ofrece en materias obligatorias los mínimos requisitos para que sus titulados puedan ser habilitados como asesores en la llamada Gestión Integrada de Plagas, una figura que va a ser obligatoria para prescribir en sanidad vegetal en España dentro de un par de años”. El Real Decreto 1311/2012, de 14 de septiembre de uso sostenible de productos fitosanitarios establece que las nuevas titulaciones habilitantes para asesores en Gestión Integrada de Plagas deben tener un número de 40 créditos en producción vegetal, de los cuales por lo menos 12 deben ser materias de sanidad vegetal.

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José María Sopeña, de la Asociación para la Promoción de la Gestión Integrada de Plagas, incidió en que en el momento actual en el que la Gestión Integrada de Plagas va a ser obligatoria para todos los agricultores, la figura del asesor cobra una extraordinaria importancia como agente para la transferencia de conocimiento en I+D+i, lo que a su vez hará necesario formar asesores y agricultores, que supondrá un aumento de costos, difíciles de repercutir en el consumidor. El principal problema que tiene que abordar la GIP es, según Sopeña, la manera de lograr la implicación de los agricultores para lo que hay que conseguir su motivación y concienciación. Este aspecto es especialmente difícil en los sectores de producción menos rentables. Juega a favor el hecho de que en un futuro inmediato será prácticamente imposible producir sin la adopción de tecnologías que respeten la exigente legislación respecto a la seguridad del consumidor y a la protección del medio ambiente.

El último ponente en intervenir, Antonio Vergel, presidente del Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Andalucía Occidental (Coitand), quien manifestó que los profesionales de la sanidad vegetal pueden sentirse orgullosos porque la administración española, con la trasposición de la Directiva 2009/128/CE, sea consciente de que el futuro de la agricultura y la protección del medio ambiente será más eficaz con la presencia del asesor como pieza clave. La administración dotará al asesor con una herramienta, que será el documento de asesoramiento o 'receta fitopatológica' de gestión integrada que estará en la base de la producción sostenible y hará posible la trazabilidad en toda la cadena de producción y comercialización. Este documento será un contrato bidireccional entre el agricultor y el asesor que obliga a ambas partes a cumplir los principios de la Gestión Integrada de Plagas.

Conclusiones 12º Symposium Sanidad Vegetal

- La Gestión Integrada de Plagas es el camino a seguir en la protección de los cultivos para conseguir una agricultura sostenible y de futuro con producciones suficientes y de calidad, garantizando en todo momento la salud humana y el medio ambiente.

- Para que los cambios que se produzcan sean justos y equitativos para todos los implicados en el sector de la Sanidad Vegetal, se deberán poner en marcha todas las herramientas disponibles en el ámbito de la formación, el asesoramiento, la investigación y la innovación, para que los nuevos requerimientos no supongan impedimentos sino una oportunidad que aporte ventajas competitivas.

- La figura del asesor es clave para la correcta aplicación de la Gestión Integrada de Plagas en el nuevo marco normativo que se abre para el sector y a la postre reportará un valor añadido para la producción agrícola española, con nuevas expectativas de mercado a nivel nacional, europeo e internacional.

- Uno de los retos de la Gestión Integrada de Plagas es lograr la plena implicación de los agricultores, lo que significa transmitir toda la información para conseguir su motivación y concienciación.

Mesa presidencial durante la clausura del 12º Symposium de Sanidad Vegetal
Mesa presidencial durante la clausura del 12º Symposium de Sanidad Vegetal.

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