Situación y perspectivas del cultivo del almendro en Castilla y León

El almendro es un cultivo tradicional, ampliamente extendido por la geografía española, con una superficie estimada de 657.771 hectáreas (MAPA, 2018). Este cultivo está especialmente concentrado en las zonas próximas al Mediterráneo, Andalucía y Valle del Ebro, si bien en la actualidad el cultivo del almendro se está desplazando hacia territorios de clima no tan benigno. El cultivo del almendro en Castilla y León cuenta con una superficie de 2.565 hectáreas (PAC 2019) que representan un 0,4% del total nacional. Se trata de una alternativa a la agricultura tradicional, puesto que la superficie cultivada de almendro y de otros frutos secos ha aumentado de manera considerable, en los últimos 5 años se ha producido un incremento anual de 300 ha de almendro.

La búsqueda de nuevos cultivos en el sector agrícola que sean capaces de mejorar los rendimientos tanto productivos como fundamentalmente económicos, ha encontrado en el almendro una posibilidad de futuro. Esta alternativa se fundamenta en varios aspectos, como son el aumento de las temperaturas que favorece la implantación de nuevos cultivos en zonas en que estaban climáticamente más limitadas, en la aparición de nuevas variedades con ciclos vegetativos más adaptados a las condiciones edafoclimáticas de esta región interior y en menor medida en el valor de mercado de la almendra.

Actualmente, las nuevas plantaciones de almendro se están ubicando en la zona centro-oeste de Castilla y León, en las provincias de Zamora, Valladolid y Salamanca. La superficie de almendro es todavía minoritaria si la comparamos con otros cultivos leñosos como la vid.

Las nuevas plantaciones buscan la rentabilidad a corto-medio plazo. La utilización de variedades y patrones con capacidad de adaptación a diferentes condiciones edafoclimáticas hacen que las posibilidades de plantación sean mucho mayores en una región tan extensa como Castilla y León. Las características de estas nuevas plantaciones introducen aspectos muy distintos a las del cultivo tradicional del almendro. La disposición de riego se hace casi imprescindible si se quiere aprovechar al máximo el potencial de estas nuevas variedades y obtener rendimientos muy superiores (1000-2.000 Kg/ha en grano) a los del cultivo tradicional (Martín et al, 2017)

Fig 3: Plantación tradicional de almendros en Arribes del Duero (Salamanca).

Material vegetal

Los programas de mejora genética en almendro llevados a cabo por centros como el IRTA (Instituto de Investigación y Tecnología Alimentaria), CITA (Centro de Investigación y Tecnología de Aragón) y CEBAS-CSIC (Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura), han contribuido a obtener variedades que incrementen la competitividad de las plantaciones. La mayoría de estos programas de mejora están enfocados a la obtención de variedades de floración tardía. Pero también tienen otros objetivos como son conseguir variedades que mejoren aspectos como la autofertilidad, la capacidad productiva, la calidad del fruto o un vigor equilibrado.

Las variedades más recomendables para la zona centro de la meseta, con heladas presentes durante el mes de abril, son las de floración extra-tardía (3ª-4ª semana de abril en Valladolid), Mardia y Vialfas, del CITA, y Penta, y Makako, del CEBAS. Sin embargo las primeras plantaciones que se hicieron con variedades de floración tardía (1ª-2ª semana de abril en Valladolid), Lauranne del INRA, Marinada y Vairo del IRTA están presentando una entrada en producción con rendimientos elevados entre 500-800 kg/ha de pepita 3-4 año de plantación. Estas recomendaciones sólo se basan en el período de floración, no teniendo en cuenta ningún aspecto agronómico ni económico de rentabilidad (Martín et al., 2018).

Otro factor importante a tener en cuenta es la resistencia a bajas temperaturas que presentan las diferentes variedades de almendro. En 2012, el IRTA inició un estudio de caracterización de las nuevas variedades de almendro, obtenidas por los centros de mejora españoles (Miarnau et al., 2013). Estos trabajos, aunque preliminares y con pocas variedades, ya han revelado la existencia de importantes diferencias de susceptibilidad a bajas temperaturas entre las variedades evaluadas, en el estado fenológico F (plena floración). Las variedades Vairo y Guara presentan una mayor tolerancia a bajas temperaturas, comparadas con el resto de variedades evaluadas.

Diseño de plantación

En las plantaciones actuales la tendencia es ir a un cultivo intensivo o superintensivo (cultivo en seto), en cualquiera de las dos opciones la mecanización en cosecha es una condición indispensable. En cultivo intensivo los marcos más habituales son 7 x 5 m, 7 x 6 m y 6 x 5m, con patrones vigorosos (GF-677) y casi en su totalidad en regadío. En cultivo superintensivo los marcos más habituales son 4 x 1,5 m, 4 x 1,35 m y 3,5 x 1,5m y al igual que el intensivo suelen estar en regadío. En los dos casos los marcos van a estar determinados por el tipo de maquinaria, necesidades hídricas, abonado más o menos intensivo, tipo de poda, vida útil que se estima para la plantación, etc.

El cultivo del almendro en alta densidad busca unos objetivos que son acelerar la entrada en producción, mejorar los rendimientos de producción (aumentando la producción y reduciendo la alternancia), aumentar la mecanización y reducir los costes del cultivo (mano de obra y cosecha) (Torrens, 2015).

El aumento de densidad en las nuevas plantaciones tiene a priori ventajas ya comentadas, pero también una serie de inconvenientes como son el coste de implantación, alto grado de tecnificación, y necesidades de la propia parcela (superficie, pendiente, distancia a centros de alquiler de maquinaria, etc.). Las plantaciones de alta densidad están pensadas para un alto grado de mecanización que implica parcelas con poca pendiente y dimensiones lo suficientemente grandes (entre 5-10 hectáreas cómo mínimo) para asegurar la rentabilidad, eficiencia y manejo durante la cosecha.

En el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACyl) se están realizando ensayos de cultivo de almendro en diferentes densidades y variedades en secano para obtener datos fiables de producción y calidad. La opción del manejo en secano se plantea, por un lado, para abaratar costes de implantación de este cultivo, y por otro, porque la gran mayoría de los cultivos en Castilla y León son en secano. El cultivo en secano penaliza las producciones, ya que son menores, sin embargo el objetivo no es la comparación con cultivos en regadío, sino la comparación con otros cultivos en secano como los cereales.

Plagas y enfermedades

Existen numerosas plagas y enfermedades que atacan al almendro, pero debido a la exigencia del clima en muchas zonas de Castilla y León, únicamente se han observado síntomas de dos plagas que afecten a estos cultivos. Se trata del pulgón (Myzus persicae e Hyalopterus amygdali) y la araña roja (Tetranychus urticae) en el caso del almendro. En un futuro próximo es muy probable que aumente el número de plagas, pero actualmente, dada la poca presión y extensión del cultivo, los daños son muy escasos. Sin embargo, son más problemáticas las enfermedades fúngicas, como la roya (Tranzschelia pruni-spinosae), la abolladura foliar (Taphrina deformans), el cribado (Clasterosporium carpophilum), la moniliasis (Monilia laxa), entre otras. Una buena elección de la ubicación de la plantación y un manejo adecuado disminuye la incidencia de las enfermedades, especialmente problemáticas en floración, y en el periodo estival.

El consumo del fruto seco presenta en la última década un aumento progresivo y constante, creando una tendencia positiva de cara al futuro. A las zonas habituales de consumo, Europa y Estados Unidos, se han unido zonas como Asia e Iberoamérica, con un gran margen de mejora si se potencia su consumo en dichas zonas

La situación económica y agronómica en los últimos años de muchos de los cultivos extensivos tradicionales en Castilla y León provoca la búsqueda de cultivos alternativos rentables. Desde hace varios años, tanto los mercados de importación-exportación a nivel mundial como el valor del producto en las diferentes lonjas a nivel nacional ha hecho que el almendro se presente como un cultivo rentable en comparación con otros cultivos extensivos más asentados pero con precios bajos y estáticos en la última década.

Las nuevas condiciones de cultivo, con la aparición de variedades más adaptadas a la climatología de la meseta, y el aumento de las temperaturas con inviernos y comienzos de primavera más suaves, inciden en que la apuesta por este cultivo sea más viable. La posibilidad de adaptar las plantaciones en muchas zonas a cultivo ecológico implica un aumento en su rentabilidad. La demanda de mano de obra en momentos puntuales del ciclo vegetativo fijará población en el medio rural, por lo que la unión de estos dos indicadores hace que sean cultivos no sólo rentables sino beneficiosos para las zonas rurales.

Teniendo en cuenta todas estas consideraciones las perspectivas para el cultivo de los frutos secos en general, y la almendra en particular en Castilla y León, son muy positivas y alentadoras. El consumo de frutos secos y su demanda aumentarán paulatinamente en el mundo en los próximos años, aunque no se debe olvidar la pertenencia a un mercado globalizado donde las previsiones son muy cambiantes y están sometidas a enormes fluctuaciones, y la oferta y la demanda cambian a gran velocidad.

Bibliografía

• Anuario de Estadística 2018. Secretaría General Técnica. Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Madrid (España). 889 pp.
• Registro de ayudas P.A.C. 2019. Consejería de Agricultura y Ganadería de CyL. Valladolid. (España).
• Atlas Agroclimático de Castilla y León -ITACYL-AEMET-. 2017. [http://atlas.itacyl.es].
• Domingo M.S., Pablo M.M., 2002. El cultivo del almendro. Edita: Mundiprensa, Madrid (España). 307 pp.
• Martín, H.; Vacas, R.; Sanchez.-Manzanera, MªC.; Rubio, J.A. (2017). Situación actual evolución y perspectivas del cultivo del almendro y del pistacho en Castilla y León. Revista Tierras Agricultura. Nº254 p 60-65.
• Martín, H.; Álvarez S.; Fernández E.; Rubio, J.A. (2018). El potencial del cultivo del almendro en Castilla y León. Revista Tierras Agricultura. Nº267 p 104-111.
• Miarnau, X.; Batlle, I.; Alegre, S.; Vargas, J.F. (2013). Almond flower tolerance to spring frost in new Spanish cultivars. Poster. VI International Symposium on almond and pistachios (ISHS). Murcia, 2013.
• Miarnau, X.; Torguet, L.; Batlle, I.;Romero, A.; Rovira, M.; Alegre, S. (2015). Comportamiento agronómico y productivo de las nuevas variedades de almendro. Simposio nacional de almendros y otros frutos secos. Lleida 2015
• Torrens, J. Estado actual del cultivo superintensivo del almendro. Simposio nacional de almendros y otros frutos secos. (Agromillora Research S.L.). Lleida 2015