La empresa jienense Semiotrap diseña una nueva trampa contra una de las plagas más dañinas para nuestros cultivos frutícolas

La mosca del vinagre cuenta con un nuevo enemigo

David Pozo18/06/2012

18 de junio de 2012

Semiotrap, empresa especializada en ofrecer soluciones ecológicas para el control de plagas, ha diseñado una nueva trampa que detecta la presencia de la Drosofila de alas manchadas (‘Drosophila suzukii’), una mosca pequeña del vinagre que supone una de las plagas invasoras más dañinas para los cultivos frutícolas por su capacidad de reproducción y expansión. Muestra de ello es que, en Europa, se ha extendido a razón de 1.400 kilómetros al año a través de frutas ya afectadas transportadas por los humanos, según un estudio de la Universidad de Barcelona.

“El problema determinante en el control y detección temprana de ‘D.suzukii’ es su correcta identificación. Diferenciar ‘D. suzukii’ de otras especies del mismo género como la omnipresente ‘mosca de la fruta’ (‘D. melanogaster’) o ‘D. tripunctata’, es de una importancia crucial tanto para la detección de sus poblaciones como para la adopción de medidas de control”, explica Santiago Sans, director gerente de Semiotrap. Dos son las novedades que aporta la trampa desarrollada por Semiotrap respecto a otras utilizadas para atrapar a estos insectos:

1. El diámetro del orificio de entrada es óptimo para la mejora de la selectividad hacia ‘D. suzukii’, evitando la entrada de otros dípteros, neurópteros, etc., que hacen muy difícil su identificación. Todos somos conscientes de la ingente labor que supone el procesado de las capturas en trampas con cebos alimenticios, que en muchos casos implica una inversión de tiempo enorme para los técnicos de campo.

2. El aspecto más relevante del nuevo diseño, es la introducción de una placa engomada ubicada por encima del nivel del atrayente líquido que tiene por objeto, focalizar el muestreo en los individuos adheridos a la placa, aunque el resto de individuos que caen sobre el líquido, también son susceptibles de ser estudiados. Evitar el contacto de los adultos capturados con el líquido atrayente es trascendental, ya que los dos rasgos morfológicos críticos para identificar a esta especie son, por un lado la presencia de dos pequeñas manchas en las alas de los machos y por otro, la forma aserrada del oviscapto de la hembra. Si las Drosophilas capturadas en la trampa están impregnadas de líquido, las manchas son prácticamente imperceptibles ‘de visu’ y para el reconocimiento del ovipositor requiere un complejo procesado.

Trampa de ‘Drosophila Suzukii’ en parcela bajo monitoreo.

“Ambos factores determinan la novedad del sistema Semiotrap para la captura de 'D. suzukii', que permite que con un instrumental mínimo y algo de entrenamiento, se puedan identificar fácilmente incluso en la zona de muestreo, sin requerir complejos protocolos de trabajo y personal altamente cualificado”, añade Santiago Sans.

La trampa, que se comercializa bajo el nombre de 'Drosophila suzukii Kit' y tiene una efectividad de unos 30 días, está formada por un recipiente de plástico con el borde superior multiperforado. Su funcionamiento es aparentemente simple, pero el secreto se encuentra en su interior. “Nuestro departamento I+D está volcado en la identificación de un atrayente específico para 'D. suzukii'. Mientras tanto optamos por un atrayente alimenticio, inocuo para el medio ambiente y de elevado poder de atracción. El protocolo de trabajo es extremadamente simple, solo hay que verter el contenido del atrayente en el cuerpo de la trampa, introducir la placa engomada a través de la ranura de la tapa, ajustar la tapa y colgar la trampa con el útil a una rama, preferiblemente situada en la sombra. El tiempo de vida del producto está lógicamente condicionado por las temperaturas, pero en nuestros ensayos de campo en cualquiera de las condiciones, el intervalo mínimo de poder de atracción tiene la media en 30 días”, concluye el gerente de la empresa jienense.

Adultos de Drosophila adheridos a la placa engomada extraída del interior de una trampa Semiotrap.

“A diferencia del uso de feromonas, que sí son atrayentes altamente específicos para una especie, cuando utilizamos atrayentes alimenticios es inevitable la captura de otras especies. Nuestra experiencia en el desarrollo de atrayentes y semioquímicos de distintos insectos-plaga, nos ha permitido optimizar distintas mezclas con el objeto de aumentar su efectividad y permanencia en condiciones de campo. Además el uso conjunto del kit 'D. suzukii' sí presenta una elevada especificidad, mientras trabajamos con ahínco en la identificación de un atrayente específico para esta plaga”, añade.

¿Cómo y desde cuándo nos afecta la 'Drosophila suzukii'?

Aunque identificada en Japón ya en el siglo pasado, su expansión ha sido exponencial desde la zona de Asia (China, Corea, Pakistán, Tailandia, etc.). De ahí se ha descrito en Norteamérica (desde 2008 en el estado de California o en 2009 en Canadá) y en Europa, que desde la primera detección en Italia en 2009, se ha ido propagando prácticamente por todo el continente (Francia 2010, Suiza 2011, …) con una alerta continua (http://www.eppo.int/QUARANTINE/Alert_List/insects/drosophila_suzukii.htm). La primera detección en la Península se hizo en Tarragona en 2008 y los siguientes focos fueron en Barcelona (2009) y Girona (2010). Según Santiago Sans, “posiblemente la detección en otras zonas sea cuestión de poco tiempo o incluso de un ajuste en el protocolo para su detección temprana”. Sus plantas objetivo son un gran número de frutales de pulpa blanda, tales como ciruelos, manzanos, kiwis, higos, cerezos o melocotoneros, pero también ataca a otros cultivos como fresas, uvas, arándanos o zarzamoras.