Los hogares se hacen más diáfanos y se abren al exterior

La exposición de Interiorismo de ExpoHogar Otoño presentará la decoración desde el punto de vista de diferentes estilos, que, sin embargo, comparten las directrices generales que marcarán las tendencias de la próxima temporada: según los expertos, los hogares se vuelven diáfanos y livianos, los ambientes buscan el equilibrio, y usan la sobriedad del entorno.

Tendencias otoño invierno 2004 – 2005

Colores base: Blanco, negro y toda la gama de los grises, desde el tono aluminio hasta el cemento y antracita
Color moda: El berenjena. También pinceladas de naranja intenso
Estilo: Minimal con detalles años 70
Ambiente: Diáfano, leve. Espacios claros y vacíos que acogen pocas piezas muy sólidas e importantes.
Iluminación: Difusa. Su función no es sólo iluminar, sino crear ambiente. Lámparas halógenas sólo para enfocar determinados objetos.
Tejidos: Fibras naturales y las pieles, tanto lisas como las de pelo largo
Detalle cult: Espejos, esculturas luminosas de abaka, sillas de piel
Tendencia conceptual: Bipolaridad. Espacios abiertos e íntimos a la vez

Ambientes minimal sobrios y luminosos

La exposición de Interiorismo de ExpoHogar Otoño presentará la decoración desde el punto de vista de diferentes estilos, que, sin embargo, comparten las directrices generales que marcarán las tendencias de la próxima temporada: según los expertos, los hogares se vuelven diáfanos y livianos, los ambientes buscan el equilibrio, y usan la sobriedad del entorno como base para realzar la belleza de alguna pieza importante, como un mueble antiguo o una escultura.

Fuera del hogar, la vida urbana transcurre entre cemento y acero, que se reflejan en el interior de la vivienda a través del negro, blanco y toda la gama de los grises, incluyendo, sin embargo, detalles naranja intenso. El acero brillante o mate, así como las telas plateadas, darán el toque innovador y más actual junto a los lacados color berenjena, tono cult del próximo invierno. La sensación de confort se transmitirá a través de la luz descentralizada, que puede surgir del suelo, o de las enormes esculturas luminosas de abaka –una fibra natural trenzada de tonos marrones y mate- usando las luces halógenas sólo para enfocar objetos concretos. Las velas siguen siendo imprescindibles para crear juegos de luz y asegurar la magia en los ambientes.

El salón, espacio clave del hogar, estará decorado con alfombras rizadas y jarrones redondeados de cerámica blanca. Los muebles multifuncionales de polivinilo conviven con los clásicos sofás y chaise longe cada vez más mullidos y complementados por mantas de piel de pelo largo blancas.

Las terrazas se integran en el hogar

En las viviendas de la próxima temporada la separación “dentro” y “fuera” queda difuminada, creando espacios híbridos como los jardines de invierno. Gracias al clima mediterráneo, las zonas abiertas cobran cada vez mayor protagonismo y, oportunamente acondicionadas, se convierten en una ampliación del mismo hogar. Por esta razón, el acceso a las terrazas o balcones se estructura mediante soluciones arquitectónicas que garantizan su integración con el resto de la casa.

Las terrazas, protegidas con mamparas impermeabilizadas o barreras naturales -como pueden ser los jardines secos de ramas de marisma, olivo o lavanda- se convierten en el lugar más idóneo para transcurrir los ratos de ocio, aprovechando los tibios rayos del sol otoñal, tumbados en una chaise longe y bajo un reconfortante plaid acolchado. Por lo que se refiere a las estructuras, los materiales serán básicamente naturales, como las distintas clases de madera, fibras vegetales o aglomerados de bambú, sólo a veces combinados con elementos plásticos, como el PVC.

Vanguardia: pasión y fantasía en la ciudad

La revolución cultural del 68 y su mensaje transgresor vuelve con fuerza con todos sus elementos emblemáticos: colchonetas, edredones, objetos “pop-patch”, dibujos psicodélicos y tonos intensos dominan en los ambientes más jóvenes, invadidos por las notas de la música de los Beatles o Joan Baez. Esta época de contradicciones, cuyo anhelo principal parece ser el de eliminar barreras, se expresa en los hogares del próximo otoño-invierno con una mezcla de tradición e innovación: la distancia entre “ayer “ y “hoy” desaparece, y las fibras naturales conviven con el polivinilo, las velas con las luces halógenas, y los elementos bohemios invaden el ámbito urbano, y se mezclan, a veces, con los aires flamencos de los carromatos gitanos, que nos traen lunares rojos y fantasiosas bulerías que se reflejarán en las telas de los accesorios.

Navidad 2004

En la Navidad 2004, el hogar se llenará con los aromas, las formas y los colores del otoño: nueces, castañas y avellanas, así como casitas o muñecos elaborados con pan y bizcochos, nos rodearán como testigos del pasado y de la tradición. La luz de las velas flotando en el agua, o entre ramas de olivo, contribuirá a crear la magia de la Navidad junto con los aromas que, con su etérea presencia, nos transportarán hacia otros lugares del mundo o de nuestra misma memoria. El olor a algodón, musgo, tierra mojada, a hierba cortada, o hasta a pan recién hecho son sólo algunas de las infinitas posibilidades, y sólo depende de nuestros gustos rociar el hogar con un extracto de flores, de bosque de alta montaña o de semillas de lino.

Impacto estético

En línea general, el hogar de la próxima temporada no se limitará a generar un impacto puramente estético, sino que aglutinará formas, aromas, luces, colores y texturas, ratificando el concepto según el cual el bienestar es fruto de una sinergia de sensaciones que filtramos a través de todos los sentidos: el oído, la vista, el tacto y el olfato buscan sus propias gratificaciones por separado, para fundirse en la suma de distintas vibraciones positivas.