JARC denuncia el impacto de la subida de las tasas de los mataderos sobre los ganaderos
16 de enero de 2012
Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya denuncia que el incremento de las tasas de sacrificio aprobado por la Generalitat perjudicará a los ganaderos catalanes que serán los que en definitiva la acabarán pagando. Esto sucede así porque los costes ligados al sacrificio, en lugar de repercutir en los últimos eslabones de la cadena alimentaria, se descontarán del precio que se paga a los ganaderos por sus animales, lo que perjudicará las economías familiares de éstos aún más, como ya ha sucedido otras veces.
Desde JARC creemos que, una vez más, se perjudica a los productores con una decisión que tiene muy poco que ver con la actividad ganadera. Y es que, una vez engordado el animal, éste se lleva al matadero. Por lo tanto, a partir de ese momento, los costes relacionados con el mismo, no deben caer sobre las costillas de los ganaderos. Ni en forma de descuentos comerciales enmascarados, ni en concepto de mermas o cambios en la calidad.
Un ejemplo de lo que pasará, teniendo en cuenta los datos conocidos estos días, se halla en el bobino de carne. Si se coge como referencia el sacrificio de 485.685 terneros anuales que se efectúa en Cataluña, se deberá soportar un importe en tasas de 1.005.112 euros/año. Si esta tasa repercute en los últimos eslabones de la cadena, el consumidor tendría un sobrecoste de 0,10 euros por persona y año, mientras que si repercute en el ganadero el coste se dispara hasta 210 euros (si la producción de éste es de 100 animales por año).
Lo mismo sucede con el porcino. El incremento de la tasa supondría unos 0,33 euros por persona y año, si lo paga el consumidor, mientras que para un ganadero con una granja de 500 madres (la media en Cataluña) el coste se eleva a 4.400 euros anuales.
Desde la organización agraria se critica además que ésta se aplique solo en Cataluña, ya que esto supone una pérdida de competitividad directa para nuestros ganaderos que hoy en día trabajan en mercados globales. Es por ello que, desde JARC, exigen que la Generalitat de Catalunya garantice que la tasa repercutirá, al final de la cadena alimentaria y no al revés, como ya expresaron al director general de Ramaderia del DAAM, en una reunión bilateral celebrada el pasado día 13 de enero.
