HC362 - horticultura

mezcla, aumentando el valor nutritivo, porque incorpora los microorganismos que produce el ensilado. Se hace unamezcla de paja de cebada o de trigo con los frutos procedentes de la agricultura intensiva, pero no de los agricultores, sino de las cooperativas o los almacenes. Son frutos que ya han pasado un control de calidad y que están dirigidos para el consumo humano, normalmente para realizar productos transformados como zumos, macedonias o gazpachos. En la zona de El Ejido, donde surge este proyecto, se desechan cada año para el consumo humano unas 75.000 toneladas de frutos de hortaliza. Este desecho se produce de dos formas: del destrío, es decir, los frutos que se desechan porque no tienen el calibre, tamaño o aspecto para poder venderse; y la retirada, por ejemplo, por motivos de precio. Deshacerse de tantos kilos de excedente de frutos supone un gasto considerable ya que, al contener demasiada agua, estos frutos no se pueden quemar fácilmente. Tampoco sirven para realizar compost, como ocurre con otros desechos. Así que acabar con ellos consume muchos recursos económicos a las empresas y recursos medioambientales. El ensilado para alimentación animal supone solucionar este problema. Se recogen los frutos en el día, ya que se tratan de productos muy perecederos. Se ensilan y se mezclan con paja, con una proporción del 70% o 75% de fruto. No se añade ningún aditivo y esa mezcla está reposando durante una o dos semanas para que termine el proceso de ensilado y posteriormente se vende a los ganaderos. “Interesa mucho la calidad del producto. Parte del atractivo de este producto es que no lleva aditivos, es natural, utilizando frutos como tomate, melón, sandía, berenjena, calabacín, pepino… Todas las analíticas realizadas, desde el punto de vista nutritivo, microbiológico y de seguridad alimentaria, han sido positivas, ya que son productos que irán destinados al consumo humano. Hay ausencia de los principales patógenos. Por lo tanto, el producto es altamente seguro para el consumo de animales”, señala Fernando Escobar Lara, director técnico de Frutilados del Poniente. Otra de las ventajas, como cualquier microensilado, es que no necesita ningún tipo de conservación. De hecho, no necesita ponerse bajo techo y puede estar a la intemperie. Se han comprobado fechas de conservación cercanas a los dos años. El aspecto del producto es de una paja hidratada con pequeños trozos del producto que se esté utilizando. En la zona de El Ejido hay una alta concentración de agricultura intensiva, por lo que se puede garantizar el aprovisionamiento de calidad de los frutosmuy perecederos. Además, como tiene un alto porcentaje de conservación, se puede suministrar al ganadero durante todo el año al mismo precio. La fruta que se desecha del consumo humano puede ser ensilada para ofrecer una alimentación segura, eficaz y estable en el precio para rumiantes Detalle del ensilado realizado con frutas. 73 POSTCOSECHA

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