HC361 - horticultura

Camino García Martínez de Morentin Directora General de AEFA Agronutrientes 46 FERTILIZACIÓN El pasado 16 de julio ha sido un día clave para marcar en el calendario, la entrada en aplicación del Reglamento UE 2019/1009. Una fecha muy esperada para un sector, el de los bioestimulantes, que lleva muchos años esperando una legislación que los reconozca como insumo y establezca unas normas justas y competitivas que permitan la circulación de los productos agronutrientes especiales, bioestimulantes y microorganismos por el territorio europeo. En el Reglamento EU 2019/1009 se da por primera vez una definición a los bioestimulantes. Según el Anexo I del citado reglamento, los bioestimulantes “son productos cuya función consista en estimular los procesos de nutrición de las plantas con independencia del contenido de nutrientes del producto, con el único objetivo de mejorar una o varias de las siguientes características de las plantas y su rizosfera: la eficiencia en el uso de los nutrientes, la tolerancia al estrés abiótico, las características de calidad, o la disponibilidad de nutrientes inmovilizados en el suelo Entrada en aplicación del nuevo Reglamento Europeo de Fertilizantes y la rizosfera”. Se puede decir que los bioestimulantes desencadenan diferentes reacciones bioquímicas en las plantas en función de sus componentes, del mecanismo de acción y de las condiciones ambientales entre otros factores, que favorecen su capacidad de adaptación al medio, mejoran su asimilación de nutrientes y aumentan sus rendimientos. ¿POR QUÉ SE HABLA TANTO DE LOS BIOESTIMULANTES? La responsabilidad adquirida por la sociedad de obtener un sistema agroalimentario sostenible ha dejado patente la necesidad de incluir cambios en la agricultura actual. La Unión Europea, como muestra de su compromiso con el medio ambiente y encabezando este cambio, presentó en diciembre de 2019 la Comunicación sobre el Pacto Verde Europeo, que incluye la estrategia de la Granja a la Mesa como principal paquete de medidas que afectan al sistema agroalimentario. En ella, se marcan una serie de objetivos muy exigentes como son la reducción del 50% en el uso de fitosanitarios químicos, de al menos un 20% en el uso de

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