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16 PROYECTO “Un programa ambicioso en una parcela estrecha de unos 14 metros de ancho y los acondicionamientos preexistentes de la estructura no hicieron un comienzo fácil”, explican desde Isern Associats. La estructura del edificio había sido sometida a numerosas intervenciones fallidas, dejándolo en un estado muy precario, lo que requirió un derribo completo del interior, pero manteniendo las fachadas originales, exponentes del estilo neobarroco tan característico de la región. El derribo permitió excavar un nuevo sótano y, al reubicar la posición de los pisos superiores, ganar un piso adicional para acomodar algunas habitaciones. Pero, por encima de todo, el proyecto ha perseguido respetar la identidad del edificio y, al mismo tiempo, articular su cultura, su tradición y su entorno, que habían sido silenciados durante largo tiempo. “Este proyecto hotelero tenía que reflejar los orígenes del edificio, respetar su pasado y, por tanto, ha requerido abordarlo con mucho sentimiento, trabajarlo con profusión de detalles, con una implicación muy especial por nuestra parte”, explica el arquitecto Daniel Isern. Dos imágenes del derribo interior del Palacio de Correos y la ampliación de la superficie que alberga, actualmente, este hotel boutique. Plano de la planta baja, tras la excavación del sótano, que ha permitido ganar un piso adicional y reubicar la posición de los pisos superiores.

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