AP5 - Aquapres

42 DESALACIÓN Desalación de agua y turismo en España Un verano más, la desalación de agua ha hecho posible que no falte agua en las zonas turísticas de nuestro país que se caracterizan por la escasez hídrica: Islas Canarias, Islas Baleares y la costa mediterránea. A pesar del paréntesis vivido como consecuencia de la pandemia de la COVID-19 y que ha supuesto en las dos últimas temporadas de verano un abrupto descenso del turismo inter- nacional, poniendo freno a las cifras de récord de los años precedentes, en España, verano y turismo van de la mano. Y es obvio que el turismo constituye un sector fundamental de la economía de nuestro país y repre- senta un importante porcentaje del PIB. A su vez, el turismo va de la mano del uso de agua. De hecho, se estima que el gasto medio de agua de un turista en nuestro país puede llegar a ser entre tres y cuatro veces más que el consumo de un residente. Mientras que un ciudadano consume de media 132 litros al día, el gasto medio por turista oscila entre 450 y 800 litros al día, dependiendo de la estación del año y de la zona que visita. Si bien en relación con otros usos mayoritarios del agua, como el de la agricultura o incluso la industria, el turismo no supone un gran con- sumo de agua, en nuestro país las zonas más turísticas coinciden con las regiones con mayor escasez del recurso, concentrándose mayorita- riamente en la costa mediterránea y en los archipiélagos, y hay ciudades costeras españolas de estas regiones que incluso llegan a cuadriplicar su población en temporada alta, por lo que el abastecimiento de agua es todo un reto. Hay que tener en cuenta además que cuando hablamos del consumo de agua por el turismo, no sólo nos limita- mos al consumo de agua para beber, sino a todas las actividades relacio- nadas con el turismo y la hostelería: cocinas, lavandería, baños, duchas, piscinas, refrigeración, riego, así como el uso del agua para diversas activida- des recreativas y de ocio que atraen visitantes como el golf, el buceo, o balnearios y spas. El turismo, por lo tanto, con la combi- nación de mayor población y mayor consumo de agua que trae intrín- sicamente asociado, genera picos estacionales de demanda de agua para los que hay que estar preparados, pese a la escasez que caracteriza algu- nas de las regiones más turísticas. Para ello, es básico el uso de fuentes alter- nativas de abastecimiento, así como, la capacidad de infraestructuras de distribución, potabilización y depura- ción que garantice un correcto ciclo urbano del agua para todos, residentes y turistas, las veinticuatro horas al día, siete días por semana, durante todo el año. Y en este sentido, cada vez es más evidente la necesidad de poseer infraestructuras que permitan el uso de fuentes de agua no convencional, como la desalación y la reutilización de agua. La desalación de agua es ideal, en este sentido, dada su mayor versa- tilidad en relación a los caudales de producción, permitiendo ampliar su capacidad si es necesario, sobre todo en aquellas zonas costeras con turismo. Y por supuesto, teniendo en cuenta que las plantas desaladoras

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