20 Matías Martínez, consultor Process Safety de Tüv Süd España. matias.martinez@tuv-sud.es Claves para el control de la Atmósfera Explosiva (ATEX) Algunas empresas no prestan la atención adecuada a los estudios de protección contra explo- siones con los que cuentan, empleándolos únicamente para superar auditorías e inspecciones de trabajo, pero sin seguir las pautas que en la documentación se marcan. Ello no significa que no lleven a cabo medidas de seguridad encaminadas al control del riesgo, de hecho, lo hacen, pero en muchas ocasiones de forma excesiva o errónea, un caso muy repetido: generalizar el empleo de vestimenta antiestática en zona ATEX (vestimenta costosa, incómoda para el desarrollo de los trabajos y con limitadas prestaciones desde el punto de vista del confort térmico), sin entrar a con- siderar si es necesaria o no. TRIBUNA DE OPINIÓN Normativa ATEX: requisitos sobre los equipos y la organiza- ción del trabajo para evitar riesgos de explosión y plantear medidas de control El 30 de junio de 2003 entra en vigor el Real Decreto 681/2003, de 12 de junio, sobre la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores expuestos a los riesgos derivados de atmósfe- ras explosivas en el lugar de trabajo, y por el que se traspone la Directiva 1999/92/CE. Tal y como se establece en la normativa actual, el empresario debe velar por la protección de la salud y la seguridad de sus tra- bajadores que pudieran verse expuestoas a riesgos derivados de atmósfera explosiva, entendida ésta como la presencia de gases, vapores, nieblas o polvos inflamables con concentración suficiente en el ambiente. El desarrollo normativo en este campo de la seguridad y salud se puede decir que se centra en dos enfoques diferentes pero com- plementarios, por un lado, los requisitos exigidos a los aparatos, equipos y sistemas de protección para que puedan ser instalados o utilizados en emplazamientos peligrosos, y por el otro las exigen- cias establecidas para el control operacional en la ejecución de los trabajos, es decir, requisitos sobre los equipos de trabajo por un lado y sobre la organización del trabajo por otro. Se puede resumir que las exigencias de la normativa hacia el empresario se centran en evitar los riesgos o evaluar los que no se hayan podido evitar, y planteando medidas de control en su caso, a través del Documento de Protección Contra Explosiones (DPCE). En muchas ocasiones los DPCE se basan en plantear una batería de medidas genéricas encaminadas en evitar las fuentes de ignición, muy complicadas de llevar a la práctica por parte del industrial de forma ordenada y suponiendo grandes costes, sin reparar en otros aspectos que puedan solucionar o limitar el problema en su origen, bajo esta opinión nos podemos plantear la siguiente pregunta: ¿Es posible evitar la atmósfera explosiva, aunque se manipulen o gene- ren sustancias inflamables en grandes cantidades? Para dar cumplimiento al artículo 7 del RD 681/2003, el empre- sario deberá clasificar en zonas, las áreas en las que pueda formarse una atmósfera explosiva, es decir, dictaminar el tipo de zona en base a su frecuencia y duración, y definir la extensión espacial de ésta.