Figura 9. Portaherramientas con compensador axial y dispositivo Artis para medición de par. En los ensayos, nos hemos encontrado que el ADI es un material muy heterogéneo en su estructura, lo cual hay que tener en cuenta respecto al modo de roscar y supone tomar algunas precauciones. A los ADI les afecta la heterogeneidad general que se da en las fundiciones, en las que se forman rechupes, hay inclu- siones, etc, . En este caso, en la fase de solidificación de la fundición según la composición y la calidad y los parámetros de la fundición se produce la distribución y nucleación del grafito, a lo que se añade posterior- mente el tratamiento térmico de austenización y de temple. De modo que en el conjunto del proceso de fundición y tratamiento térmico deben de respe- tarse unas composiciones, unas temperaturas, unas velocidades y tiempos de enfriamiento específicos en función del espesor de la pieza, etc, para obtener en cada punto la microestructura requerida de ADI. Se trata de un proceso complejo y difícil, por lo que el resultado suele ser un material poco homogéneo y de propiedades mecánicas y de dureza distintas a lo largo del volumen de la pieza. En nuestro caso, nos hemos encontrado con piezas en las que la variación de la dureza era del 30% en distintos puntos dentro de la misma. Esta variación de las condiciones de la pieza afecta al taladrado previo y al roscado, de modo que hacen aconsejable el uso de elementos intermedios entre el cabezal y la herramienta que atenúen las diferencias del material. En nuestro caso hemos empleado un dispositivo de compensación axial SoftSynchro de Emuge. Además como es bien conocido entre los roscadores, sin el acoplamiento de compensación axial se ha cons- tatado que se produce cierto retraso de sincronización entre el paso del cabezal y el del macho, de forma que al roscar aparecen sobre la herramienta esfuerzos de tracción que hemos podido medir. Por tanto el empleo de los sistemas de compensación axial además de atenuar las diferencias resistentes del material, está aconsejado para minimizar los posibles desajustes de sincronización entre el giro y el avance del cabezal y el paso del macho, en todas las fases de producción del agujero roscado. Se puede decir que su uso redunda en mejorar la calidad de los agujeros roscados y en alargar la vida de la herramienta. En nuestro caso los ensayos han consistido en roscar agujeros ciegos de M8x20 mm, roscas normaliza- das de paso 1,25 mm, para lo que hemos empleado machos de corte con agujero de refrigeración axial interior por el que aplicada la taladrina se facilita la evacuación de los fragmentos de viruta en sentido contrario al del avance del macho por los canales entre los dientes. La refrigeración se ha realizado con emulsión de aceite en agua al 7%, habitual del taller. Los ensayos de roscado se han realizado a Vc=30 m/ min, que es una velocidad de corte bastante elevada para este material, ya que se pretendía ensayar en condiciones de trabajo representativas de la industria. Se ha prestado atención a la calidad del taladrado de los agujeros previos de 6,8 x25 mm. Se ha empleado un portaherramientas de apriete hidráulico, en lugar de las pinzas de tres apoyos, y vigilado que el mango de la broca no deslizara por la boquilla (como nos ocurrió en alguna ocasión) para que los errores de los agujeros taladrados fueran mínimos y luego no afectaran al roscado posterior. Entre todo el abanico de geometrías de los machos, en el caso de roscar ADI, por tratarse de de un material exigente de viruta fragmentada y corta, la geometría aconsejada suele ser de pocos dientes de chaflán y de canales rectos, sin hélice, de modo que los dientes resulten más robustos. Con entradas cortas, el par de giro se convierte a través de pocos dientes de corte en fuerzas de corte elevadas. En nuestro caso, los machos han sido de 4 dientes por vuelta, o de 4 canales rectos. Respecto a los dientes, el ángulo de desprendimiento, para roscar ADI suele ser nulo y la zona de alivio entre la cara de incidencia del diente y el agujero mínima, para que no se produzca una fricción excesiva del ADI sobre la cara de incidencia, ni su adhesión en esta zona, y el diente conserve su robustez. Se ha elegido como material para el sustrato del macho el acero rápido posteriormente recubierto en lugar de metal duro, ya que aunque éstos sean más duros y de mejor rendimiento, por su mayor porosi- dad son más frágiles y se ha dado más relevancia a la Fundición 35