1. Introducción Es bien conocida la importancia que tienen las aleacio- nes resistentes al desgaste en la industria, sean cuales sean las solicitaciones puestas en juego: abrasión, erosión, golpe o choque, tensión mecánica, tempe- ratura, etc. Se han desarrollado numerosas aleaciones de dife- rentes bases para dar respuesta técnica y económica a las variadas problemáticas planteadas y, sin duda, las aleaciones férreas son en la mayoría de las ocasio- nes la solución más idónea tanto por el bajo precio que presentan, como por su buen comportamiento, sin olvidar el gran abanico de aleaciones comercia- les existentes, su facilidad de aprovisionamiento y la diversidad de morfologías posibles. Entre estas aleaciones férreas, los aceros austeníti- cos al manganeso, también conocidos como aceros Hadfield, son unas de las más empleadas en los traba- jos de desgaste bajo condiciones de golpe y choque a baja temperatura [1-6]. Sin embargo, cuando se eleva la temperatura de trabajo por encima de los 100 oC, los aceros Hadfield sometidos a esas mismas condiciones sufren un desgaste acelerado debido a la precipitación de carburos y la consiguiente pérdida de capacidad de endurecimiento. En estas situacio- nes estos aceros son sustituidos tradicionalmente por aceros perlíticos o aceros bonificados de baja o media aleación. Los aceros austeníticos de bajo manganeso con molibdeno podían cubrir el vacío existente entre los aceros perlíticos y los martensíticos con ventajas evidentes sobre ambos, siendo muy interesante el desarrollo de estas aleaciones para ciertas aplicacio- nes en las que ni el clásico acero Hadfield de 14% Mn, ni los aceros perlíticos o los martensíticos, ofre- cían respuesta satisfactoria, y más cuando se trataba de servicio a temperaturas entre los 100 y los 400 °C con solicitaciones de choque y abrasión [7, 8]. En dichas condiciones los aceros perlíticos sufren desgas- tes acelerados y los aceros martensíticos se agrietan inutilizándose. Un ejemplo interesante de aplicación de este tipo de aleaciones es el de las cuñas empleadas en los molinos de bolas utilizadas en las centrales térmicas convencionales de carbón. La misión de estas cuñas es fundamental en la molienda del carbón y, por tanto, en la granulometría alcanzada y el rendimiento de los quemadores. Estas cuñas funcionan en condiciones de golpe y abrasión, pero al tiempo deben presentar una cierta tenacidad, por un lado para evitar el agrie- tamiento en servicio y por otro para impedir su rotura en el montaje, dado los pares de apriete utilizados, por lo que materiales muy duros, con dureza superior a los 400 HB, resultan inadecuados y los de durezas menores que 300 HB sufren desgastes inadmisibles. La temperatura del trabajo en el molino es otro factor a considerar, suele oscilar según la instalación entre los 80 y los 150 °C. Dado que la campaña del molino suele ser del orden de los dos años, no es despreciable el ablandamiento de los aceros bonificados de cons- trucción, o el de los aceros de herramientas templados y revenidos, debido a la equivalencia entre tiempo y temperatura (Larsson – Miller). En el presente trabajo se evaluarán distintas compo- siciones de aceros austeníticos de medio manganeso para su empleo en condiciones de desgaste con golpe a dichas temperaturas y se ensayarán en molinos de carbón para estudiar su comportamiento. 2. Trabajo experimental 2.1. Coladas Se realizaron 10 coladas con composiciones varia- bles de carbono, manganeso, cromo, molibdeno y cobre. La composición química de cada una de ellas se basa el conocimiento previo de los elementos de aleación sobre los aceros austeníticos al manganeso y los resultados obtenidos en las coladas anteriores. La fusión y colada en los moldes se realizó, en todos los casos, mediante horno de inducción de media fre- cuencia (3.000 Hz) con 50 kg de capacidad en acero de crisol. Dada la alta basicidad, tanto de la escoria como del caldo, de los aceros altos en manganeso y con objeto de reducir o eliminar la interacción caldo- refractario horno o cuchara, y caldo-arena molde, se empleó un refractario neutro tanto para el reves- timiento del horno como de la cuchara de colada. 2.2. Tratamientos térmicos Con objeto de estudiar la estabilidad de la austenita de esta familia de aceros por calentamientos variables entre los 100 y los 900 °C, se efectuó un barrido de tratamientos térmicos entre dichas temperaturas, decaladas 50 °C, de 2h de duración para cada una de las 10 coladas. Este tratamiento se efectuó des- pués de realizar, en todos los casos, un hipertemple al aire desde 1.100 °C con 2h de permanencia según el esquema de la figura 1. Estas temperaturas son muy superiores a las propuestas para el servicio de estos materiales, pero dado que el tiempo de perma- nencia es de dos horas, suplimos con el mencionado incremento de temperaturas el efecto que tiempos mucho más largos tendrían sobre la descomposición de la austenita. Se ha comprobado en este trabajo que con una composición química debidamente balan- ceada el enfriamiento al aire es suficiente para evitar la precipitación, hasta para espesores del orden de los 100-150 mm. Aceros 13