En 2013 en Vamec decidieron adquirir un centro de mecanizado universal Haas UMC-750, recién lanzado al mercado. Le acompañó un centro de mecanizado vertical de alta velocidad VF-2SS. Un poco más tarde, en julio de 2013, la empresa recibió el UMC-750, y enseguida, dice Matteo, la máquina estaba produciendo entre ochenta y noventa piezas diferentes, la mayoría encargos sueltos. En Vamec, llevan las carreras en la sangre. En su día, el fundador Vincenzo Vannini fue piloto de karts, cuyo debut fue en 1968 “Pensar en cinco ejes era algo nuevo para mí”, recuerda, “así que empecé poco a poco. No es que la máquina sea difí- cil de usar, al contrario: el control es el mismo que el del VF-2SS, así que ya estaba familiarizado con él. Es la parte de CADCAM la que es diferente y la que nos llevó un poco más de tiempo entender. Por supuesto, con el tiempo nece- sitaremos más precisión y capacidad, pero, con una máquina asequible y de buena calidad como el UMC, esta- mos en una posición muy buena”. “Por suerte, las máquinas Haas nos proporcionan la tecno- logía que necesitamos para llevar a cabo lo que queremos hacer, y de manera rápida y rentable”, concluye Matteo. “Además, no necesitamos alquilar máquinas ni conseguir un gran préstamo del banco porque son asequibles y fiables”. A pesar de que Vamec ha conseguido diversificar con éxito el negocio, el karting sigue siendo su mercado principal. La empresa tiene una lista impresionante de doscientos cincuenta clientes de todo el mundo. En los últimos tiempos, EE UU y Brasil son dos mercados que les han permitido expandirse. Matteo estudió electrónica, pero nunca ha dejado de alimen- tar su pasión por la mecánica. De hecho, el último carbura- dor Vamec lo ha diseñado él por completo. Matteo es autodidacta y un buen ejemplo de hasta qué punto las personas ingeniosas y trabajadoras pueden ser importantes para la salud y el éxito de la economía de un país industrial si disponen de la tecnología adecuada. 56 / “El karting era un deporte de aficionados en el que se invertía poco, pero ahora es mucho más tecnológico y está muy bien financiado”, afirma Matteo. “Ya no es la misma industria en la que empezó mi padre, hace tantos años”. En realidad, ni siquiera es la industria en la que gente como Senna y Schu- macher iniciaron su carrera. Hoy en día, la FIA regula el karting, lo que significa que los productos nuevos deben homologarse. Evidentemente, eso aumenta el coste; del mismo modo que las empresas médicas estadounidenses deben someterse al control riguroso de la FDA, por poner una analogía. Italia es un país con una larga tradición de carreras de motor y coches de gama alta, una herencia que dejaron personas con talento y pasión por lo que hacían. Con las máquinas-herramienta CNC de Haas en sus talleres, la generación de Matteo y Fabio Vannini puede lograr que la industria italiana del deporte del motor tenga un futuro largo y brillante. / Reportaje