/ ENTREVISTA el resto del soporte, sobredimensionándolo y sobreprecián- querrías que fuera el freno de tu coche, de plástico o dolo excesivamente. Aquí es donde hay que buscar solucio- acero?”. Esta pregunta, que se nos ha planteado en algunos nes más imaginativas que simplemente esa migración al OEM, es quizás lo más complicado de combatir. material superior: buscar diseños, hibridaciones o incluso procesos alternativos para intentar mantener la competiti- Entiendo... vidad sin alterar el material base. Además, desde épocas inmemoriales, los vehículos llevan ¿Es ése el principal reto al que se han enfrentado a la hora de sustituir el metal por el pedales de acero y, en general, no dan problemas. Cierta- sante, pero puede generar una incertidumbre, una sensación plástico en las pedaleras? de inseguridad, de salto al vacío que lleve al OEM a plantearse si merece la pena el riesgo. Por otro lado, el usuario último Probablemente, nuestro principal reto no tiene nada que ver no va a percibir el cambio, no se le va a vender en la publici- con cuestiones técnicas, sino con aspectos más psicológi- dad que los pedales son de plástico, porque, de hecho, podría cos. “Entiendo tus argumentos técnicos, pero ¿tú de qué ser hasta contraproducente para la imagen del vehículo. Ejemplo de soporte de pedalera en metal (VW Polo anterior, izquierda) y en plástico (VW Polo actual, desarrollado por Batz, derecha). mente, hacer algo más ligero y más económico es intere- Ejemplo de pedalera en metal (VW Polo anterior, izquierda) y en plástico (VW Polo actual, desarrollado por Batz, derecha). 46 /