La industria automovilística española no puede ser sólo ‘un gran taller’ sino que debe consolidarse como un centro de excelencia que aporte valor tanto por su capacidad para generar I+D+i como por su productividad en montaje Con la llegada a España de los grandes fabricantes en los setenta, y especialmente con el aterrizaje de nuevas marcas en los ochenta, comenzó a desarrollarse una industria del automóvil que hoy es una de las más relevantes del mundo en términos de producción, calidad y productividad. La implantación de grandes plantas propició la aparición del sector de componentes que, hoy día, es uno de los más pujantes, gracias a la solidez de grandes compañías de capi- tal español y a las de capital extranjero pero con una larga tradición industrial en España. Como consecuencia de esta tradición industrial y de las sinergias generadas entre fabri- cantes de vehículos y de componentes, España ocupa el primer puesto en fabricación de vehículos comerciales en Europa y el segundo en producción total de vehículos. Además, España es el undécimo en el ranking de producto- res a nivel mundial y fabrica para diferentes marcas de todo el mundo, así como todo tipo de vehículos (turismos, comer- ciales, todoterrenos, furgonetas, camiones o autobuses). El resultado es que, en los últimos 25 años, se han producido 61 millones de unidades. que supone un activo seguro para fortalecer la industria en su conjunto. En todo caso, y dada la competencia en un mercado tan dinámico y globalizado, cabe preguntarse si esta situación es sostenible. Como país, España es ‘un exce- lente taller de montaje’ sin prácticamente centros de I+D+i de los fabricantes de automóviles, pero con un sector de componentes muy dinámico en esta materia. Es necesario reflexionar acerca de si esta situación es suficiente para apuntalar el futuro de la industria en su conjunto, si se puede ir más allá y si es posible sumar esfuerzos para que todo el país mejore en el campo de la innovación. La situación a día de hoy /7 Reportaje