DESBARBADO 28 Álabes de turbina y compresor más seguros y eficientes Uno de los componentes más cruciales de un sistema de funcionamiento del motor son las palas del motor, como las de la turbina o del compresor. Además, suelen fabricarse en materiales difíciles de mecanizar y que deben soportar, por ejemplo, temperaturas extremas. Ello condiciona tanto su fabricación como tratamiento posterior. Un motor turbofán tiene muchas partes: en la parte delantera, el ventilador aspira el aire y lo dirige hacia el compresor, que está compuesto por varias aspas dispuestas en fila y cuyo tamaño disminuye hacia el final de un tubo de estrechamiento. Mediante un movimiento de rotación, el aire de succión se comprime hasta una tri- gésima parte de su volumen, que a su vez comprime y calienta el gas. A continuación, el aire se introduce en la cámara de combustión, donde se mezcla con queroseno inyectado y se quema. La energía resultante impulsa la turbina de alta presión donde están instalados los álabes de la turbina que accionan el compresor. La turbina de baja presión aguas abajo también se pone en marcha utilizando esta energía. La turbina de baja presión está formada por palas más largas y está conectada directamente al ventilador. La turbina asegura que el ventilador gire. El ventilador no sólo aspira el aire hacia el interior, sino que también pasa por el compresor y la turbina. El aire frío, que pasa por el inte- rior, genera la mayor fuerza propulsora. El proceso en el interior del motor sólo garantiza que el motor siga funcionando. Así que el flujo de gases de escape produce el 20% de la propulsión y el ventilador, el 80%. Tanto las turbinas como los álabes de los compresores están sujetos a altas temperaturas y presiones. Por lo tanto, los fabricantes han implementado estrictas regulaciones para los métodos de producción y procesamiento utilizados. Las palas de los motores utilizados en la industria aeroespa- cial suelen estar fabricadas con materiales difíciles de mecanizar y con una baja tolerancia que se debe cumplir para obtener el caudal de aire ideal y la máxima resistencia al desgaste. Estos componentes están expuestos a temperaturas extremas de hasta 1.000 °C. Esto significa que las superficies de las palas también tienen que ser de la más alta calidad y estar óptimamente adaptadas a las condiciones del motor. Otec ha desa- rrollado un proceso especial para mejorar la eficiencia y seguridad de las palas del motor y producir menos defectos.