HERRAMIENTAS 19 Por tanto, la preparación del filo de corte de la herramienta es un aspecto importante a tener en cuenta en la fabricación de herra- mientas y su adecuado control es fundamental. Para obtener una preparación de filo de manera productiva es necesario disponer de una tecnología de fabricación que asegure la repetitividad del proceso. Los procesos que más se utilizan son el micro-chorreado abrasivo, el cepillado y el ‘drag-finishing’ [3]. Antes de aplicar estas técnicas de preparación de filo las herra- mientas se suelen rectificar. Sin embargo, los granos abrasivos producen elevadas deformaciones plásticas que dan lugar a la aparición de varios defectos como rebabas, un acabado superficial pobre o el astillamiento del filo y un estado de tensiones residua- les perjudicial para el rendimiento de la herramienta recubierta. Además, si se desea obtener micro-geometrías de filo complejas o conseguir un determinado radio de filo, el rectificado no es un pro- ceso de preparación adecuado. El micro-chorreado es un proceso en el cual los granos abrasivos son proyectados hacia la superficie de la pieza bien en un medio seco (únicamente con aire a presión) o bien mediante el empleo de agua. El impacto de cada uno de estos granos abrasivos en la super- ficie de la herramienta produce la deformación y eliminación del material, preparando el filo y mejorando las propiedades superfi- ciales de la herramienta. Sin embargo, la integridad del filo de corte depende de un elevado número de parámetros, lo que hace que sea difícil conseguir resultados repetitivos. La preparación de filo mediante cepillado consiste en emplear cepillos de filamentos metálicos o poliméricos que contienen un abrasivo en su extremo. Mediante este proceso, se consigue un redondeamiento del filo asimétrico que depende de si el cepillado se efectúa desde la cara de incidencia a la de desprendimiento o viceversa. El tamaño del redondeamiento dependerá de paráme- tros como el tamaño de grano abrasivo, la velocidad de corte o el tiempo de cepillado (entre otros). La gran variedad de geometrías de cepillos y abrasivos, junto con la introducción de máquinas de Figura 4. Desgaste en la cara de incidencia de la fresa sin tratamiento de filo. 5 ejes, posibilita obtener una alta variabilidad de geometrías como de materiales de herramienta que se pueden tratar. Sin embargo, el cepillado es un proceso que también requiere de prueba y error para conseguir la geometría de filo deseada. El proceso ‘drag-finishing’ consiste en sumergir la herramienta a meca- nizar en un medio abrasivo donde las partículas se mueven libremente. Una vez sumergida, un mecanismo orbital mueve las herramientas de tal forma que el abrasivo choca aleatoriamente con éstas generando un perfil redondeado aproximadamente simétrico en el filo de corte. La magnitud del radio de filo depende, entre otros aspectos, del tipo de abrasivo, de la velocidad de movimiento del sistema planetario y del tiempo de mecanizado. Una de las grandes ventajas de este pro- ceso es que facilita la preparación de herramientas con filos complejos como fresas o brocas enterizas, lo que hace que sea el proceso que más posibilidades tiene de ser utilizado industrialmente. La preparación de filo elimina los defectos microscópicos que suelen tener los filos, tales como micro-fracturas, rebabas, quemaduras INDUSTRIA AERONÁUTICA