VETECO GLASS Con ello, aseguró Agustí Balbuena, si en un principio los huecos en las edi caciones se contemplaban como soluciones para el acceso o ventilación, con la llegada del vidrio se consigue cubrir el hueco sin limitar la entrada de luz. Esto desencadena una progresiva evo- lución que va de la mano de las necesidades de confort y ahorro energético en los edi cios. En un primer momento, el vidrio aplicado en el hueco aportaba luz y protección contra las inclemencias meteorológicas. “Este tipo de vidrio cumplía la función mencionada anteriormente y es lo que yo denomino ‘vidrio simple’”, a rmó Balbuena recordando que este vidrio, identi cable como monolítico o oat, proporcionaba un factor solar de 0,86 y una U de 5,8w/m2k. La segunda evolución del vidrio llegó con el vidrio aislante, cuyos primeros ejemplos datan de nales de los años 30, pero que vieron su principal desarrollo en España, entre 1970 y 1976. Estos vidrios redujeron la ‘g’ hasta 0,77 y la transmitancia térmica hasta 3,1 y 2,6 w/m2k. “Para mí, el vidrio aislante es el vidrio más antiguo y está casi obsoleto”, añadió. La tercera evolución del vidrio llegó de la mano de los vidrios de capas, con los bajo emisivos que potenciaban el aislamiento térmico y los vidrios re ectantes para incrementar la protección solar. Esta evolución se dio entre 1980 y 1990. Los vidrios aislantes con capa bajo emisiva conseguían reducir la transmitancia térmica hasta 1,4 y 1,1 w/m2k y también el factor solar hasta 0,62. Se trata, por tanto, de unos vidrios que contribuyeron en gran medida a incrementar las posibilidades de aislamiento térmico de los cerramientos. Por último, la cuarta gran evolución ha sido la de los vidrios de Capa Selectiva, que proporcionan al mismo tiempo protección solar y aislamiento térmico manteniendo un gran nivel de transmisión luminosa. Con ellos se consigue llegar a un factor solar de 0,40/0,28 y un aislamiento térmico de 1,3/1,0 w/m2k. “Esta evolución se dio durante los años 90 y es el vidrio que tenemos en la actualidad”. Agustí Bulbena abordó también el papel del vidrio dentro del con- cepto de construcción Passivhaus asegurando que “en contra de lo que a veces se a rma, no existe el vidrio Passivhaus. Dentro de las construcciones destinadas a generar un consumo energético cero, el vidrio es un elemento más integrado en un sistema. En cualquier edi cación el mayor intercambio energético entre interior y exte- rior se produce a través del hueco, con lo cual el vidrio tiene un papel muy importante en el resultado nal”. En construcciones que siguen el estándar Passivhaus, se emplean composiciones de doble o triple acristalamiento con una o dos capas de baja emisividad y gas argón. Con estas composiciones se obtiene una U de 0,8/0,5 w/m2K y una g de 0,62/0,50, al tiempo que se mantiene una transmisión luminosa de 81/73%. Como principales conclusiones, Agustí Bulbena señaló que “si bien considerábamos el vidrio bajo emisivo como una ‘no’ solución, en construcciones passivhaus la necesidad de captar la máxima ener- gía implica que ésta sea la mejor solución”. Asimismo, indicó que en el balance entre transmitancia térmica y factor solar “no existe una única solución, por lo que cualquiera de las opciones es buena. Un completo estudio inicial en el planteamiento del proyecto nos per- mitirá decidir cuál es la solución más adecuada”. Novedades normativas que afectan al vidrio A continuación, Pablo Martín se encargó de explicar las novedades más recientes, en materia de normativas, que atañen al sector del vidrio. En esta línea, aseguró que “al igual que el aislamiento tér- mico y la protección solar, producto y normativa también son dos conceptos inseparables” e insistió en que “tenemos que empezar a preguntarnos cuánto consume nuestro edi cio”. Martín hizo referencia al Documento Básico de Ahorro de Energía (DB HE1), del Código Técnico de la Edificación (CTE) y su evolución al DEB HE 2018. Se ha incorporado a esta disposi- ción el HE 0, referente a la limitación del consumo energético, aplicable a edificios nuevos o ampliaciones de edificios existen- tes de uso residencial privado. La normativa pide, según explicó, que los edificios tengan un límite en el consumo de energías no renovables, así como limitar la demanda de energía destinada a calefacción y refrigeración. Del mismo modo, el CTE marca los valores orientativos de la transmitancia térmica y permeabilidad al aire de los huecos y la transmitancia térmica de las zonas opacas. En el caso de obras de reforma en las que se renueve más del 25% de la super cie total de la envolvente térmica nal del edi cio y en las destinadas a un cambio de uso característico del edi cio, se limitará la demanda energética conjunta del edi cio de manera que sea inferior a la del edi cio de referencia. 61 Agustí Bulbena, arquitecto consultor en vidrio, durante su ponencia. Pablo Martín, director de Asefave, durante su ponencia.