Cultura Objetivo: tándem gastronomía y turismo Una forma de ayudar a este consumidor perdido es mediante una oferta gastronómica interesante. “Para la proyección de los vinos es necesaria la colaboración entre elaboradores y res- tauradores. Ya estamos haciendo cosas interesantes, pero el panorama que viene es todavía mejor. Estamos trabajando en un proyecto muy atractivo que unirá restauración, educación y vino”. En este sentido, el Penedès es la zona vínica por excelencia de Catalunya, con una apuesta cada vez más fuerte por el enoturismo. “Estamos a muy pocos km de Francia, que nos aporta 7 millones de turistas cada año, y hacemos frontera con otros territorios de gran potencial turístico como la Comunidad Valenciana. Esto tenemos que aprovecharlo y ese es nuestro objetivo: potenciar el enoturismo con la creación de un hotel rural, con la colaboración del Ayuntamiento de Vilafranca del Penedès y la asociación Tastavins. La gastronomía será uno de sus fuertes, pues el proyecto plantea también integrar, en el hotel, una Escuela de Hostelería del Penedès, que cuente con la colaboración de cocineros de primera línea conocidos en todo el mundo. Es un proyecto grande que pretende posi- cionarse entre las mejores ofertas turísticas y gastronómicas del país”. La visión del elaborador La difusión de la cultura vinícola no es solo cosa de entidades como el Vinseum. Sin la participación de los elaboradores, la mesa queda coja. “El elaborador busca en nosotros una herra- mienta de visibilidad para que su producto se conozca, quiere que demos a probar sus vinos para que el consumidor pueda valorarlo. Las grandes bodegas juegan su propia liga, pero los elaboradores pequeños necesitan oportunidades. Y aquí entran en juego personas como Miguel Torres, que tiene una visión muy grande y amplia del sector vinícola. Me considero un amante de su filosofía puesto que es uno de los elaboradores más impor- tantes del país y, sin embargo, apoya todas las iniciativas de territorio. Tenemos mucho que agradecerle, tanto por lo que ha hecho por la cultura del vino como por las oportunidades que rinda a otras bodegas”. Catalunya, país vinícola Catalunya es uno de los pesos pesados de la industria vitivinícola de España. Junto a Castilla-La Mancha y Extremadura, en 2016 ha sido uno de los mayores productores de vino y mosto del país (3.311 hectolitros, el 7,6% del total producido). Ante estas prometedoras cifras, Tarrada explica que entre el sector se vive cierta emoción. “El sector vinícola catalán es muy ilusionante por dos motivos muy importantes: la calidad del producto que ofrecemos —junto a su amplia gama— y la situación social y geográfica en la que nos encontramos, que nos permite llegar a cualquier mercado. Europa está muy cerca y eso nos facilita llegar de una forma rápida y cómoda. Además, somos una puerta al Continente de gran importancia por la que entran y salen gran cantidad de productos a diario hacia Europa, hacia América... El transporte marítimo nos da una gran ventaja comercial, además del terrestre. Por ello, las posibilidades de seguir creciendo y desarrollando nuestro producto son muy amplias. Lo más importante de todo es que no hay que tener miedo, hay que atreverse y arriesgar”. 48