En 1945, en plena posguerra, se inauguraba el primer Museo del Vino de España, el actual Vinseum. En el centro histórico de Vilafranca del Penedès (Barcelona), el museo busca la interacción con la sociedad y la potenciación de la creatividad local, reivindicando un mejor conocimiento del mundo de la viña y el vino. En la actualidad, la nueva junta directiva se ha marcado el objetivo de convertir el museo en uno de los referentes de la cultura vinícola mundial a través del proyecto ‘Vinseum: Centro Nacional de la Cultura del Vino’. En este sentido, el proyecto prevé la reforma y ampliación del museo para convertirlo en una herramienta de conservación, restauración y promoción del patrimonio cultural y artístico, así como un reclamo turístico, generador de actividades formativas, de innovación e investigación y catalizador de colaboraciones entre el tejido asociativo, cultural y empresarial del territorio. “En pocos años el Vinseum se convertirá en uno de los museos más visitados de Catalunya, con unas cifras muy por encima de las actuales. Será un polo de atracción muy grande y todo el mundo sabrá qué es: un referente en el mundo vínico. En el museo mostraremos la historia de la vinificación catalana, con representación de todas las Denominaciones de Origen, sus productos y curiosidades, además de desarrollar actividades y eventos paralelos”, explica Joan Tarrada, presidente del Vinseum. Actualmente ya se están desarrollando cursos, catas, talleres y encuentros, “pero queremos aumentar el nivel de participación. De momento, el espacio que tenemos es pequeño hasta que terminemos las obras de ampliación. Una vez terminadas, la difusión que haremos de la cultura del vino será brutal”. Un proyecto que vendrá respaldado por la confraría Tastavins Penedès, la academia báquica sin ánimo de lucro más antigua de España, que se encargará de la parte más ‘lúdica’. “El tándem Vinseum-Tastavins será fantástico porque es la organización que más promociona la cultura del vino y del cava hoy por hoy”. Un consumidor perdido Tal y como indican varios estudios, el consumidor actual se encuentra perdido a la hora de escoger y entender el vino. Para la mayoría, se trata de un mundo dirigido a expertos que utiliza un lenguaje demasiado complicado, cosa que dificulta la elección y el entendimiento. “El consumidor necesita ser educado, hay que hacer pedagogía porque ante un lineal se sigue dejando llevar por las modas. Conoce ciertas marcas, pero no conoce las variedades de uva. Hace 30 años en la restauración de Barcelona se consumía el 70% de vino de fuera, mayoritariamente de La Rioja; actualmente, esta cifra es del 45%. Esto significa que hemos mejorado, que el consumidor ha encontrado en nuestros vinos lo que estaba buscando. Ahora nos falta darlos a conocer todavía más. Tenemos que romper esquemas: el jamón puede maridarse con un blanco y el pescado con un tinto, ¡no hay normas!”. Y aunque en nuestro territorio el Cava sea un producto muy que- rido, el panorama mundial indica todo lo contrario: “El Champagne es el líder mundial, no hay duda, pero el segundo puesto lo ocupa el vino italiano. A lo lejos estamos nosotros. ¿Por qué? Porque no lo hemos hecho bien. Ciertos industriales no han tomado decisiones correctas y las consecuencias son el desprestigio frente a otros pro- ductos. Desde Catalunya se han intentado tomar medidas contra este desprestigio, como la aparición de la categoría Clàssic, pero no estoy seguro que fuera el momento más adecuado”, indica Tarrada. Cultura Joan Tarrada, presidente del Vinseum. 47