Turismo Foto: Enoturisme Priorat. 65; y el 27%, entre 26 y 35 años. En cuanto a perfil profesional, el 20% ocupa un puesto de empleado u operario, el 17,6% son funcionarios y otro 17%, técnicos superiores. La mayoría de ellos son aficionados (51%), aunque los participantes y los entusiastas ocupan el 23,4 y el 17,5% respectivamente. En España el 26,4% de los consumidores son de perfil trendy; el 21,5%, de perfil rutinario; el 24,5%, de consumo ocasional interesado; el 13%, de consumo social; el 7,6%, urbanitas in- quietos; y el 6,9%, de perfil tradicional. En 2015, 2.424.941 personas visitaron alguna de las 26 Rutas del Vino de España, lo que supone un crecimiento de casi 1 millón de personas desde 2012 En cuanto a servicios, el 86,2% de los enotursitas se desplazan con vehículo propio, el 8,6% en autobús y sólo el 1,8% en tren o avión. El 50,7% pernocta una media de 2 noches y el 32,1% de ellos lo hace en hoteles de 4 estrellas. Las reservas se hacen entre una semana y un mes antes en el 51% de los casos, aunque un 30% reserva su plaza en menos de una semana. Sorprendentemente, el 48% de estas reservas se efectúan por teléfono y sólo el 28,8% por Internet. El e-mail ocupa el tercer lugar (16,8), seguido por unas tímidas agencias de viaje (2,7%) y cajas regalo de experiencias (2,7%). El 84% de turistas enológicos realiza visitas a bodegas como actividad central, con un porcentaje de compra del 63,8% y un gasto medio de 29,10 €/día. La ventajas que aporta la venta en bodega van asociadas a una mejor percepción de la calidad del producto y a una transmisión de marca que viraliza al propio vino. La experiencia vivida por el visitante, la atención 28 personalizada y el propio aprendizaje, favorecen al recuerdo y al posicionamiento de la bodega. Cabe añadir que el 62% de los entoruistas disfruta, de forma paralela, de la gastronomía local, el 55% de la degustación de vinos, el 31,7% visita museos vinícolas y casi el 40% aprovecha para visitar los pueblos en los que se encuentra localizada la bodega a visitar. El principal factor de atracción para el enoturista es la calidad del vino, la gastronomía, las bodegas y su localización. El nivel de satisfacción, una vez realizada la vista, es muy alto (valorada en 8,22 sobre 10) y el 99,70% recomendaría la experiencia. Resulta curioso que el 31% de los visitantes repite una vez alguna de las Rutas del Vino de España; el 14,4%, más de 5 veces; y el 10,9%, de 2 o 5 veces. ¿Por qué es importante el enoturismo?1 Tal y como introdujo Rafael Fuentes ya en 2014, el enoturismo supone un reconocimiento de marca para la bodega, ventas directas y, en conclusión, “un negocio en sí mismo”. Para la comarca en la que está ubicada, supone un incremente de visitas y de ventas para la hostelería, la restauración, las tiendas, actividades paralelas, cultura... “Para el vino, el enoturismo representa una expansión del conocimiento y de la afición vi- nícola, un aumento de popularidad y una identificación con la cultura y el medio ambiente de cada zona”. Fuentes explica en sus estudios que el enoturismo puede avanzar más por dos vías: “La primera es por una dedicación con mayor fuerza (la mitad de bodegas sólo las enseña si hay gente traba- jando en ella) y la segunda, por la ampliación de las bodegas dedicadas a la actividad. Un 23% de las bodegas que todavía no hacen enoturismo piensan hacerlo de forma inmediata. Además, el 49% del sector productor piensa que será una actividad que crecerá en los próximos años”.•