SOSTENIBILIDAD Con dosis como las de 4 kg/ha, en años como el 2018 -con alta presión de mildiu- puede ser muy complicado mantener una viticultura ecológica incluso en la zona mediterránea. Las admi- nistraciones tienen que ser ágiles para fomentar alternativas al cobre más sostenibles, pero igualmente eficaces. Estas alterna- tivas pueden derivar del resultado de los nuevos ensayos que se están llevando a cabo pueden ser productos ya existentes que aseguren una correcta protección de los cultivos, sin ser nocivos para el entorno y presentando unas tasas de emisiones de CO2 más reducidas. Efectos del cambio climático Probablemente el sector vitivinícola es el más sensibilizado, al que más afecta y el que más acciones está emprendiendo para adaptarse y frenar el calentamiento de la Tierra. Vicente Sotés, catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid, señaló que los efectos del cambio climático pasan por la alteración de las condiciones medias, afectando a todos los factores: temperatu- ras con olas de calor y frío, helada, disminuciones de lluvias, olas de sequía, gotas frías, inundaciones, subida del nivel del mar... Asimismo, deriva en efectos como la erosión, salinización y pér- dida de suelos, en alteraciones del ciclo vegetativo y de calidad del vino y el aumento de la variabilidad de las añadas: “Todo esto se traduce en incertidumbre”. José Vouillamoz, biólogo y genetista especialista en parentesco de las variedades de uva, señaló en este sentido que el cambio cli- mático modifica la maduración de la uva por culpa del aumento de las temperaturas: “El azúcar sube pero la acidez baja, por lo que ni el sabor ni el aroma están en su máximo potencial”. Vicente Sotés, junto a Raúl Compés y Cajamar, editaron el libro ‘El sector vitivinícola frente al desafío del cambio climático. Estrategias públicas y privadas de mitigación y adaptación en el Mediterráneo’ donde indican que “las soluciones van a venir desde la tecnología, pero previamente es necesaria una sensibi- lización y que entre todos adoptemos las conductas necesarias para evitar que el planeta siga incrementando su temperatura media al ritmo de las últimas décadas”. La participación de 30 profesionales de diferentes ámbitos y países ha generado esta obra que nos acerca de una manera realista, pero a la vez espe- ranzadora, a uno de los retos que más relevancia va a tener en la producción de vino. En esta línea, Sotés señalo que las soluciones más sencillas pasan por el cambio de técnicas enológicas (acidificación y desalcoholiza- ción), seguido por el cambio en el manejo del cultivo y el cambio en el diseño de plantación, ya que el desplazamiento de las zonas vití- colas implica demasiados costes. Vouillamoz se enfocó más hacia el cambio de variedades por otras más resistentes: “Los híbridos podrían ser una solución y actualmente solo ocupan el 4,4% del suelo, por lo que no estamos haciendo demasiados avances. El 50% del suelo está ocupado solamente por 33 variedades (Kyoho, Cabernet Sauvingon, Sultanina, Merlot, Tempranillo, Airen, Chardonnay, Syrah, Red Globe, Garnacha en el top 10), estamos perdiendo la oportunidad que nos ofrece la ciencia y la diversidad”. El genetista dio a conocer algunas variedades que podrían utili- zarse por su resistencia, siendo la Graciano en España la que más posibilidades ofrece; la Afocheiro en Portugal; Tibouren y Arvine en Francia; o Nieddera en Italia.• 59 Todos los ponentes atendieron a las preguntas del auditorio.