PALABRA DE SUMILLER 36 ¿Cómo concibe los maridajes? En ABaC solamente trabajamos con menús, no tenemos carta, por lo que ofrecemos un maridaje distinto para cada menú, que cuenta con 8 o 9 vinos. Trabajamos con vinos de todo el mundo, generando una experiencia divertida y sorprendente. Nos gustan las bodegas pequeñas, los vinos únicos... Pero lo más importante es el maridaje con el plato, la combinación de aromas y texturas. Por ello vamos más allá y ahondamos en el origen de los platos, de donde vienen los productos, cómo se han elaborado, quiénes son los productores... Para crear una historia con puntos de unión entre el vino y el plato. Para preparar estos maridajes probamos muchísimos vinos primero. Los chefs nos dejan probar los platos y, a partir de ahí, el equipo de sumilleres vamos dando ideas que pueden encajar. Como todos venimos de mundos distintos, ofrecemos conocimientos y visiones diferentes y eso es muy enriquecedor. ¿Cómo definiría la bodega de ABaC? Es una bodega internacional, pero nos gusta mucho el viejo mundo, somos amantes de Francia y de la Borgoña. Somos grandes coleccio- nistas de buenas añadas, pero buscamos el equilibrio entre las zonas tradicionalmente productoras: España, Francia, Italia, Alemania... En cuanto al tamaño de las bodegas, nos hemos dado cuenta que las pequeñas generan un mayor efecto sorpresa entre nuestros comen- sales, así como las variedades menos conocidas. ¿Qué consejos le daría a un consumidor para que haga un buen maridaje? No es una respuesta fácil. Creo que lo más importante es que te guste el vino y que te guste el plato. Hay que acabar con los mitos, "Para mi es un orgullo y un lujo, por todo el aprendizaje que supone, formar parte de la élite gastronómica" nada de que el vino blanco es solo para el pescado y el tinto para la carne. Hay muchos estilos de vinos y muy polivalentes que permiten jugar con los sabores. Al final lo único que hay que hacer es probar y probar, es la única forma de saber lo que a uno le gusta. Y también es importante dejarse ayudar por los expertos a la hora de comprar. Cuando está frente a una mesa, ¿disfruta más con los comensales más expertos o con los que tienen menos conocimientos? Creo que por igual. Con los clientes que conocen el mundo del vino tienes menos posibilidades de sorprender, pero cuando lo consigues es muy satisfactorio y se generan conversaciones muy interesantes. Con los que tienen menos conocimientos, tienes un abanico más grande con el que trabajar. Caroline Wästersved afirma ser una grana amante de los vinos clásicos.