EN PROFUNDIDAD en las mesas redondas. Por supuesto que hay que reivindicar el papel de la mujer en todos los ámbitos profesionales, pero quizá el camino no es vino y mujer, como tampoco es vino y hombre”. Está de acuerdo con ella Ruth, que señala categóricamente que no es partidaria de organizar eventos exclusivos para mujeres, por ejem- plo: “Creo que debemos ser capaces de encontrarnos hombres y mujeres ya que si no lo hacemos, seguimos perpetuando y estigmati- zando un sistema que no queremos. El feminismo busca la igualdad, y ese es el camino. El género debemos compartirlo, no estigmatizarlo”. Precisamente el hecho de que el discurso feminista esté de moda puede entenderse como oportunismo por muchas personas, y así es como lo entiende Ma José López de Heredia: “No me gusta aprovecharme de nada. Si tengo que contratar a una mujer para el puesto que sea, la contrato. Y si tengo que contratar a un hombre, también. Juzgaré con el mismo rasero el trabajo de unas y otros sin importarme el sexo. Me horroriza la idea de contratar a un hombre o mujer para cumplir un expediente artificial o para beneficiarme como empresa. Creo que no sirve para nada, solo para alimentar demagogias. Y también puedo hablar de casos en que hombres se comienzan a quejar por discriminación y creo que tienen razón. También hay mujeres dictadoras y poco respetuosas. Hay que valorar a las personas de forma equitativa y eso es una cuestión de convicción profunda, de ejercicio y no de cara a la galería... Sino internamente. Pienso lo mismo sobre la responsabilidad social, la ecología... Hay valores que son tan importantes que no pueden ser utilizados como argumentos de venta. Las convicciones profundas son silenciosas, hacen poco ruido. Hoy parece que si no cuentas lo que haces no lo haces y eso me entristece”. Por el futuro Si algo ha demostrado la mujer con su interrupción laboral es que ganas de emprender y avanzar no le faltan. El 45% del emprendi- miento en nuestro país en 2018 estuvo liderado por mujeres y el sector del vino es un buen ejemplo de ello. Nuevas ideas de nego- cio, transformaciones radicales, preparación... Centenares de bodegas cuentan con mujeres intentando cambiar las cosas, aun- que el camino no siempre sea fácil. “A todas aquellas chicas que quieran formar parte del sector del vino les diría que quien algo quiere algo le cuesta y que entrar en un mundo masculino intentando competir con ellos no es el camino. Que apuesten por lo que las hace diferentes, que sigan sus senti- mientos, que hablen y entiendan lo que quieren. Porque el lenguaje es la expresión del pensamiento”, recalca Meritxell. Ma J. Huertas añade que “es una vida tan sacrificada como bonita, sobre todo en un país donde la gastronomía está realmente en un momento de gloria”. Almudena opta por la formación y manda el siguiente mensaje: “A las chicas que quieran emprender les diría que se formen y que sean la mejor profesional que se pueda ser. Siempre digo que te conviertas en la mejor opción del mercado para tu puesto, y enton- ces podrás elegir lo que quieres hacer”. Ruth se suma con un mensaje motivador para las futuras gene- raciones: “Que sean ellas mismas, porque su felicidad depende precisamente de ello. Que no tengan miedo a arriesgar ni a fallar, porque eso significa finalizar una etapa e iniciar otra con los apren- 33 “¡Cuántas mujeres conozco que tienen viñedos en sus familias y han ido a picar piedra tanto como los hombres!” dizajes adquiridos. Que se prioricen y no vayan a remolque de nadie, porque eso les puede llevar donde ellas quieran y con las condiciones que ellas decidan. Este mundo tiene muchas puertas abiertas y ellas liderarán el cambio. Que se construyan, que creen y que estén en contacto con la naturaleza, que se bañen en viñas por- que es necesario para reflexionar, pensar y entender que somos muy pequeños alrededor de todo lo que nos rodea. Y lo más impor- tante, que sean honestas y responsables con ellas mismas”. Ma José López de Heredia es partidaria de enviar el mismo men- saje a todos: “A las niñas que quieran emprender un proyecto les daría el mismo mensaje que a los niños, adolescentes y jóvenes. Que los emprendan. Y más que mensaje les prepararía para ello. Es una labor de toda una vida preparar a nuestras futuras generacio- nes. Y, sobre todo, les daría ejemplo, lo que me dieron a mí, mucho ejemplo. Hay que trabajar para conseguir cosas, no sirven solo las palabras, sino las obras”. •