EN PROFUNDIDAD “Liderar tu propio negocio te asegura cierta libertad e independencia de actuación” 30 La importancia de hablar Las situaciones de discriminación, por desgracia, suceden. Y de ello nos habla abiertamente Cristina: “Situaciones incómodas he vivido unas cuantas, nunca estás libre de ser discriminada. Llevo 20 años trabajando en el sector y la peor experiencia de mi vida fue el año pasado. Gané un juicio contra un consejo regulador en el que era gerente —puesto ganado en un proceso de selección externo—. La sentencia les condenó por vulneración de derechos fundamenta- les de la Constitución, ¡ni más ni menos! Estuve meses sufriendo represalias por informar sobre el hostigamiento y mobbing al que fui sometida de manera injustificada. Las pruebas pueden ser con- tundentes, pero no siempre se ganan los juicios, así que pienso en cuántas mujeres están o han estado en mi misma situación y, por lo que sea, han perdido un litigio...”. Meritxell se adhiere con sinceridad y explica que ha vivido muchas situaciones embarazosas “y lo peor es que la que se sentía avergon- zada era yo y nadie me defendía. Y antes no las decía, pero ahora ya sí. Llegó un momento en que me sentía incómoda en el sector del vino y no sabía por qué, hasta que empecé a hablar de las situacio- nes que había vivido, que no han sido fáciles, y me liberé. Hombres con la mano demasiado larga, comentarios fuera de lugar... En el momento en que alguien habla por primera vez, muchas otras le siguen. Y es lo que ha pasado en los últimos años”. Cristina cree que con los testimonios de mujeres que se han atrevido a contar sus experiencias “se ha ganado más concien- cia al respecto” pero también habla de mujeres que “no son del todo conscientes del contexto en que vivimos”. Para ella, luchar contra los machismos y micromachismos que tanto abundan en el sector del vino “es una responsabilidad colectiva”. Otra cosa más compleja es alzar la voz y no callarse: “Me pasó durante todo el proceso judicial que viví el año pasado. Algunas amigas del sector con las que hablaba me dijeron que habían sufrido acoso y su decisión había sido dejar el trabajo. Y es una opción respetable que entiendo porque son situaciones difíciles de demostrar, piensas en el qué dirán, en tu próximo trabajo, en los círculos de poder...Creo que lo importante es no callarse, por- que así no se avanza”. Y es, posiblemente, lo que le ha ocurrido a Ma J. Huertas, quien nos explica honestamente que no sabe si no ha vivido situaciones de discriminación o es que no se ha dado cuenta: “Puede ser que no haya sido consciente porque tengo compañeras que sí se han quejado a este respecto”. Lo mismo le ha sucedido a Ma José López de Heredia, quien confirma que no ha sentido discriminación, pero sabe que sí sucede: “Quizás sea una mujer privilegiada porque me consta que existen estas discrimi- naciones y sí he conocido casos deplorables muy de cerca. Alguna vez he tenido el sentimiento de que no se me tomaba en consideración en alguna reunión más por ser mujer que por otra cosa, pero era en casos en que lo que decía no gustaba y entonces se mezcla todo un poco. Pero insisto en que tampoco me ha preocupado mucho este asunto. En mi fuero interno me siento igual y tengo bien claro que soy igual que cualquier otro profesional, actúen como actúen. Para mí quien discrimina queda peor que el que es discriminado. Es una cues- tión de valores”. Almudena navega en el mismo barco y confiesa: “He tenido mucha suerte en las empresas en las que he trabajado, siempre he trabajado duro y mi trabajo ha sido valorado y compensado. Las pequeñas incomodidades nunca las he enfocado como discrimina- torias, las enfoco como situaciones a resolver y mejorar para poder avanzar lo más rápido posible”.