producción europea no se verá muy afectada, aunque una vez más, los mayores cambios se verán en la Península Ibérica, más concre- tamente en la costa sur, donde los esfuerzos de adaptación serán mayores”, añade. Por último, los investigadores consideraron los cambios en el nivel de sequía. De nuevo, aunque las condiciones no serán desfavora- bles para la producción vitivinícola de la zona, la producción de la Península Ibérica sufrirá un mayor estrés de adaptación que otras regiones europeas. “España deberá incrementar las zonas irrigadas si no quiere hacer frente a ligeras reducciones en el sabor y el color de los vinos que se producen en las zonas centrales y del Sur de la Península”, explican los investigadores. Representación gráfica del marco de estudio. El trabajo, en el que también han participado investigadores de la Universidad francesa de Tours y que ha sido publicado en Science of the Total Environment, subraya la importancia de analizar local- mente el impacto de estos cambios en la producción, pero sobre todo, subraya la necesidad de desarrollar acciones conjuntas en las distintas regiones productoras con el objetivo de que los cambios no repercutan en la economía a nivel global. “La producción de la uva y del vino ofrece importantes beneficios económicos, sociales y medioambientales a las sociedades. No solo se trata de poder disfrutar del mismo, sino que también implica mayores cuotas de desarrollo rural, empleo y turismo, entre otros”, concluye Ana Iglesias.• 33 CAMBIO CLIMÁTICO