VITICULTURA diferentes factores provocaron sobre el estado hídrico del viñedo, el rendimiento productivo de las cepas y la composición de la uva se evaluaron durante tres campañas. Materiales y métodos El experimento se realizó durante las campañas de 2016 a 2018 en un viñedo comercial, propiedad de la Fundación Lucio Gil de Fagoaga, ubicado en Requena, Valencia (39o29 ́N, 1o13 ́O, 750 m.s.n.m.) y dentro de la circunscripción de la denominación de ori- gen Utiel-Requena. El material vegetal empleado es una variedad de uva tinta autóctona; Vitis vinifera L. cv. Bobal injertada sobre patrón 110-Richter. La parcela se plantó en 2002, a 2,5x1,5 m en un sistema de conducción de cordón Royat bilateral en espaldera vertical de orientación norte-sur. El suelo de la parcela es de tex- tura arcillo-limosa con gran capacidad de retención de agua (180 mm/m), de baja fertilidad y altamente calcáreo. El clima de la región es templado-cálido y semi-árido, con una pluviometría media anual de 390 mm y una evapotranspiración de referencia de 1.120 mm. El sistema de riego era por goteo y los volúmenes aplicados se midie- ron mediante caudalímetros volumétricos. Los tratamientos estudiados fueron 6, en un diseño experimental de 4 bloques completos aleatorios donde el régimen hídrico se asignó como variable principal, y en la que cada repetición constó de 15 cepas. Los tratamientos 1, 2 y 3 fueron de secano; el T1 se labró y abonó con estiércol (Fig. 2); el T2 se acolchó con sarmientos triturados y se abonó con estiércol más un suplemento mineral; y el T3 se labró y abonó con estiércol más el suplemento mineral. El T4, T5 y T6 fueron iguales al T1, T2 y T3 respectivamente, pero en condiciones de riego deficitario. El estado hídrico de las cepas se determinó mensualmente mediante cámara de pre- sión tipo ‘Scholander’ (Ψtallomd). El riego aplicado correspondió con aplicaciones de 60 a 90 mm/año. El acolchado orgánico consistió en la aplicación en todo el marco de plantación de los restos de poda triturados correspondientes a la cantidad teóri- camente producida cada cepa durante 10 años. El abonado orgánico se aplicó en profundidad (Fig. 3) solo el primer año de ensayo (116-93-139 kg/ha de N-P-K) mientras que el mineral se aplicó anual- mente, tanto por fertirriego como en granulado en el secano (53-35-105 kg/ha N-P-K). Tras el envero, se muestrearon hojas de todas las cepas para reali- zar análisis del contenido en carbono y nitrógeno y estudiar los efectos de los tratamientos en la rela- ción carbono:nitrógeno (C/N). En vendimia, los componentes de la producción se determinaron en cada cepa y los parámetros de composición en muestras de 100 bayas por repetición. En ellas se determinó el contenido en sólidos solubles totales (SST), el pH, la acidez titulable (AT) y la concentración de antocianos y de polifenoles totales. El análisis estadístico del efecto de los tratamien- tos sobre los diferentes parámetros estudiados se determinó mediante el análisis de la varianza (ANOVA), y para la separación de las medias de cada tratamiento se aplicó el test LSD (P<0.05). Resultados y discusión La meteorología durante el periodo vegetativo, de abril a sep- tiembre, se correspondió con campañas de temperaturas y precipitaciones habituales para la zona. La evapotranspiración de referencia (ETo) en 2016, 2017 y 2018 fue de 924, 925 y 869 mm respectivamente, mientras que la precipitación fue 166, 119 y 106 mm respectivamente. Este desequilibrio entre ETo y precipi- tación evidencia la importancia que las técnicas de manejo vitícola pueden tener sobre el estado hídrico del viñedo en climas medite- rráneos. Pues la capacidad de retención de agua del suelo, la tasa de infiltración, la escorrentía, la erosión hídrica o la evaporación del agua del suelo determinan el agua disponible por el potente sistema radicular de la vid. En el presente estudio, el estado hídrico del viñedo (Ψtallomd) respondió significativamente a la aplicación del riego en comparación al secano, así como al acolchado del suelo en comparación al laboreo (Fig. 1). El estado hídrico de las cepas, como era de esperar, resultó más negativo en condiciones de secano que de riego. El efecto del acol- chado en general mejoró el estado hídrico de las cepas a excepción de la primera campaña en la que sólo se observó un efecto claro del acolchado en los tratamientos regados. Esto puede deberse a que la aplicación del acolchado se realizó en primavera, y por tanto no pudo tener efectos sobre el suelo durante las lluvias invernales. Sin embargo, en condiciones de riego por goteo, la reducción de la evaporación del bulbo húmedo durante la campaña sí tuvo un efecto, pues tal y como observaron López-Urrea et al. (2016) en Albacete mediante un lisímetro de pesada, el acolchado orgánico 105 Figura 1. Potencial hídrico de tallo a medio día solar durante las campañas de 2016 a 2018.