SOSTENIBILIDAD 28 Como recoge la FAO (https://www. fao.org/organicag/oa-faq/oa-faq1/es/), “la agricultura orgánica es un sistema holístico de gestión de la producción que fomenta y mejora la salud del agroecosistema, y en particular la biodiversidad, los ciclos biológicos, y la actividad biológica del suelo. Hace hincapié en el empleo de prácticas de gestión orientadas a la autosuficiencia, prefiriéndolas respecto al empleo de insumos externos a la finca, teniendo en cuenta que las condiciones regionales requerirán sistemas adaptados localmente. Esto se consigue empleando, siempre que sea posible, métodos culturales, biológicos y mecánicos, en contraposición al uso de materiales sintéticos, para cumplir cada función específica dentro del sistema” (Comisión del Codex Alimentarius, 1999). El Reglamento (UE) 2018/848 del Parlamento Europeo y del Consejo de 30 de mayo de 2018 sobre producción ecológica y etiquetado de los productos ecológicos y por el que se deroga el Reglamento (CE) nº 834/2007 del Consejo, es la base normativa en torno que la que se articula la producción ecológica u orgánica certificada en Europa. En la primera página del Reglamento se dice: “La producción ecológica es un sistema general de gestión agrícola y producción de alimentos que combina las mejores prácticas en materia de medio ambiente y clima, un elevado nivel de biodiversidad, la conservación de los recursos naturales y la aplicación de normas exigentes sobre bienestar animal y sobre producción que responden a la demanda, expresada por un creciente número de consumidores, de productos obtenidos a partir de sustancias y procesos naturales. Así pues, la producción ecológica desempeña un papel social doble aprovisionando, por un lado, un mercado específico que responde a una demanda de productos ecológicos por parte de los consumidores y, por otro, proporcionando al público bienes que contribuyen a la protección del medio ambiente, al bienestar animal y al desarrollo rural”. De una manera muy resumida, la ganadería ecológica u orgánica implica la utilización de recursos naturales propios cerrando los ciclos, el uso de animales y cultivos ligados al suelo, un uso limitado de recursos externos para la alimentación de los animales, un manejo que garantice la prevención de enfermedades y el bienestar de los animales, un uso muy limitado de sustancias químicas de síntesis y la prohibición de utilizar organismos genéticamente modificados. Este modelo de producción, siempre tratando de evitar que sea una mera sustitución de insumos, contribuye positivamente mejorar el planeta y el bienestar de las personas. Como señala Guzmán (2023), por un lado, contribuye a reducir las emisiones de gases efecto invernadero del sector agroalimentario, principalmente porque sustituye los fertilizantes de síntesis química por fertilizantes orgánicos (compost, estiércol, etc.) y por la siembra de leguminosas, y porque fomenta el pastoreo. La producción ecológica mejora también la eficiencia energética del proceso productivo, debido a la reducción en el uso de energía fósil, lo que además la hace más resiliente frente a subidas de precios de los combustibles fósiles. Gráfico 1 Gráfico 2 4559 2358 528 319 237 221 174 116 112 796 0 1000 2000 3000 4000 5000 VACUNO DE CARNE OVINO DE CARNE CAPRINO DE CARNE AVICULTURA HUEVOS VACUNO DE LECHE CAPRINO DE LECHE PORCINO AVICULTURA CARNE OVINO DE LECHE OTROS 15 92 220 603 679 0 100 200 300 400 500 600 700 800 ELABORACIÓN DE ACEITES Y GRASAS ANIMALES ELABORACIÓN Y CONSERVACIÓN DE PESCADOS, CRUSTÁCEOS Y MOLUSCOS ELABORACIÓN DE PRODUCTOS LÁCTEOS ELABORACIÓN DE OTROS PRODUCTOS ALIMENTICOS DE ORIGEN ANIMAL ELABORACIÓN Y CONSERVACIÓN DE CARNE Y PRODUCTOS CÁRNICOS Gráfico 1. Número de explotaciones ganaderas, por especie y orientación productiva, registradas como ecológicas en España en 2022. Fuente: MAPA.
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