PULIDO DE SUPERFICIES Por último, se realiza el análisis de los datos que se han obtenido de las tensiones residuales en la superficie y en la capa más próxima a la superficie, los cuales han sido obtenidos mediante el proceso hole drilling. En cuanto a este concepto, se denominan tensiones residuales o internas al estado tensional presente en el interior del material cuando éste no se encuentra sometido a cargas externas u otras fuentes de tensiones, como por ejemplo los gradientes térmicos. Este estado tensional interno tiene su origen en los trata- mientos mecánicos y térmicos, y en ocasiones puede ser generado debido a las cargas aplicadas en servicio. Además, dicho estado tensional puede provocar cambios dimensionales y distorsiones en las piezas, además de otros problemas relacionados con el crecimiento de grietas cuando se trata de tensiones de tracción cercanas a la superficie. Por ello, el estado tensional interno del componente es de gran importancia y suele ser uno de los factores clave en los estudios de integridad, el cual tiene una gran influencia sobre el comportamiento a fatiga del componente. De esta forma, se produce una mayor resistencia a la fatiga si la superficie presenta tensiones residuales de compresión [3]. En cuanto a la designación de las tensiones residuales, por convenio, se consideran con signo positivo las tensiones residuales a tracción y con signo negativo las tensiones residuales a compresión. Por otra parte, haciendo referencia a las medidas obtenidas de las tensiones residuales por medio del proceso hole drilling, se han obtenido las gráficas que aparecen a continuación, donde por cada gráfica de los materiales seleccionados se puede obser- var cuatro curvas, donde se diferencian las diferentes presiones de aplicación de bruñido y las curvas de tensión x e y. Mediante la curva definida como tensión-y se observa el efecto que ejerce el proceso en la dirección en la que ha sido programado el pro- ceso de bruñido. En relación a la otra curva adquirida, es decir, la curva tensión-x, se observan las tensiones residuales que el proceso provoca en la dirección de avance del fresado. Reparando en las gráficas, donde se obtienen las tensiones resi- duales que ofrece el proceso de deformación en el material en una profundidad de 1 mm desde la superficie, se puede apreciar que no en todos los materiales realizar el proceso a altos valo- res de presión en la herramienta de bruñido ofrece al material unas curvas que se mantengan en la zona de compresión, no solo en la superficie si no también en la capa mas inmediata a la superficie. Esto se puede examinar en el aluminio, por ejemplo, donde realizar el proceso a 100 bar las tensiones se mantienen en la zona de compresión y, sin embargo, al realizarlo a 300 bar de presión estas tensiones se han transformado en curvas de tracción a 0,6 mm de la superficie. Asimismo, de estas graficas se deduce que la aplicación del bruñido a 300 bar solo favorece, en cuanto a tensiones a compresión, al acero, a la fundición y al material endurecido seleccionado. El los materiales restantes, una aplicación a 100 bar sería suficiente para conseguir resul- tados notables. Ilustración 7. Resultados obtenidos de la rugosidad final de la pieza tras la aplicación del proceso de bruñido. TRATAMIENTOS TÉRMICOS Y DE SUPERFICIES 15