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tecnogarden 41 vidad posible. Con el paso del tiempo ha habido que introducir resistencias a enfermedades de suelo y virus en las variedades. En la actualidad, además de producción y resistencias, se tiene muy en cuenta al consumidor y por lo tanto el trabajo en especialidades y mejores cualidades organolépticas son vitales para tener sentido en un mercado cada día más exigente y competitivo. ¿Especialidades y cualidades organolépticas? Sí. Los diferentes tipos de tomate de carácter local son muy valorados por el consumidor y un ejemplo sería el tomate Raf. Una variedad que en determinadas épocas del año su calidad es exquisita, pero para ello también se requiere unas condiciones de cultivo especiales como aguas de riego muy salinas y aportación de abono especiales. A pesar de todo ello, la producción es muy baja y la rentabilidad al agricultor se puede ver mermada en demasiadas ocasiones. Ahora tenemos especial idades de tomate tipo chocolate, tipo pera, con buen sabor y bonitos a la vez que atractivos para el consumidor, siendo variedades cuya producción es aceptable. También entran en juego el tomate vino, perla, cherry, canario, etc. pudiendo afirmar que el abanico de tipos se incrementa en el tiempo. Dentro de cada tipo también se producen variantes. Por ejemplo, en tomate de tipo pera se está incrementado su producción y se buscan variedades productivas y de calibre grueso tipo Carbino, que tenga buena conservación, pero manteniendo su sabor y textura para ensaladas. También vivimos una tendencia para conseguir más tomates sin cuello verde doble GG, pero que pueda ser vendido como ensalada o tomate suelto. Por poner un ejemplo, está el caso de la variedad Avalancha, dentro de este tipo de variedades que tratan siempre de mantener sus cualidades organolépticas exigidas por el consumidor a la vez de dar respuesta al agricultor permitiéndole acceder a varios segmentos de mercado con un solo producto. ¿Todo desde la genética? Sí. De hecho, podemos afirmar que no vendemos semillas, sino genética. Y eso es fácilmente entendible. Una variedad de tomate, por ejemplo, Avalancha o Carbino antes mencionadas, puede llegar a producir determinados kilos de tomate por planta en manos de un productor profesional y no llegar a recolectar ni un solo kilo en manos de un aficionado que lo pudiese llegar a cultivar como hobby. La genética es la misma, pero la fertilización, control climático y manejo, son fundamentales a la hora de cultivar ‘industrialmente’. Y utilizo esta palabra porque en realidad estamos hablando de empresas productoras que se rigen bajo esquemas como cualquier otro tipo de industria, en las que todo está evaluado al milímetro. A nivel profesional ¿qué papel juega la fertilización? Es un factor fundamental. Tanto que se debe llegar a crear un plan de abonado específico para determinadas variedades. No tienen el mismo tipo de abonado un tomate cherry que un tomate gordo tipo Avalancha. Esto es así y te pongo un ejemplo. En nuestros campos de ensayo de nuevas variedades, todas estas se abonan en fertirrigación con una especie de ‘menú general’. Con el tiempo, durante el proceso de evaluación, aquellas variedades prometedoras son evaluadas a mayor escala, con plantaciones monovarietales y con un plan concreto de fertirrigación para que estas, junto con otros parámetros de cultivo, den lo mejor de sí. ¿Un plan de abonado es estable para una variedad concreta? No exactamente. Se marca un equilibrio variable según el estado de la planta y a las condiciones climáticas de la zona donde se cultiva y además en el tiempo. Es evidente que la planta no vegeta igual durante los meses de diciembre con días más cortos y menos radiación, que en marzo con días alargando y noches menos duras. El desarrollo de la planta va condicionando su fertilización, dependiendo de todo ello y a lo largo de todo el ciclo. Pero evidentemente también entran en juego otras variables como calidad del agua, época climatológica del año, estado fenológico de la planta, método de fertilización, etc. ¿Aquí entra en juego el asesoramiento técnico del genetista? Sí y también el fabricante del fertilizante, porque estas empresas también innovan y hace tiempo que dejaron atrás los NPKs clásicos. También nos encontramos ahora mismo ante una revolución en la fertilización, en la que el suelo es tenido en cuenta como nunca lo ha sido. Bioestimulantes y microorganismos están en plena actualidad y sin duda obligan a un cambio en las técnicas tradicionales de cultivo. ¿Entonces? Está claro, como en toda evolución, las diferentes tecnologías están vinculadas entre sí para llegar a un objetivo común. En este caso, fertilización y genética deben de ir de la mano como fórmula de éxito para agricultores y consumidores. Fuente: AEFA 

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