Cerca de 1.500 personas siguieron el evento, según los organizadores. El principal objetivo de este congreso fue el de transmitir la necesi- dad de “educar para vivir en sociedad”, una sociedad que ha cambiado y cambia, y para la que la educación infantil debe adaptarse. Como explicaba Juan Sánchez Muliterno, presidente de AMEI- WAECE, durante el acto inaugural: "Debemos ofrecer a todos los niños la mejor preparación para el mundo de mañana. El Banco Mundial estima que el 79% de los niños que hoy tienen 8 años se desempeñarán en el futuro en actividades laborales que aún no existen, eso da cuenta de la importancia de este debate, de cómo enfoquemos hoy la educación de los más pequeños dependerán sus oportunidades cuando sean mayores”. Y este cambio ya se está poniendo en marcha en muchas escuelas. La innovación en el campo de la educación de los más pequeños está dando lugar a descubrimientos que nos enseñan cómo aprenden los niños, lo que ofrece nuevos conocimientos que obligan a modificar la manera de educar. Quien más hincapié hizo fue el pensador, psicopedagogo y dibujante italiano Francesco Tonucci, también conocido por el seudónimo “Frato”, invitado de lujo que durante su intervención lanzó una inte- resante reflexión sobre la escuela del futuro para la que aseguró que debería ser ‘la escuela que quieren los niños’: un lugar que ayude al pleno desarrollo de su personalidad”. Las cerca de 1.500 personas que siguieron el evento pudie- ron tomar nota de experiencias como la de astrofísico Jesús C. Guillén, quien defendió la tesis de que una nueva educación es posible y necesaria, pero ello requiere ir más allá de lo cognitivo y atender las necesidades sociales, emocionales y físicas de todos los niños y adolescentes. Es fundamental acompañar los procesos de aprendizaje de emociones positivas, y devolver de este modo la capacidad de disfrute al aprender En esta línea se mostró Begoña Ibarrola, apelando a las emociones, los sentimientos y su vínculo con el aprendizaje. Según ella, “la expe- riencia de aprendizaje puede ir unida al placer o al dolor. En el primer caso nos motivará a repetir la experiencia, en el segundo caso, a huir de ella. Es fundamental acompañar los procesos de aprendizaje de emociones positivas, y devolver de este modo la capacidad de dis- frute al aprendizaje”, aseguró. Chua Bee Lain, maestra en un colegio en Singapur explicó que las metas educativas son 4: lograr niños seguros de sí mismos, capa- ces de aprender por sí mismos, con una actitud colaborativa y con gran conciencia social. Por su parte, Andrew Harvey, director del colegio Paragon de Bath (Reino Unido) destacó que la base de la educación está en el desarrollo de la personalidad y en la educa- ción en valores. CONGRESO EL AULA DEL FUTURO 47