siendo una herramienta impor- tante que aporta tecnología relacionada con STEM a la clase. Con los “makerspaces” (también conocidos como “MakerLabs”), no hay plantillas ni diseños a seguir; los centros educativos han implementado tecnología de todo tipo, desde impreso- ras 3D hasta robots de cartón, y muchos educadores consideran que los recursos creativos y participativos como estos motivan a los estudiantes más que cualquier excursión. La innovación tecnológica en la educación está saliendo de los “makerspaces” para ingresar en las aulas, hasta tal punto que algunos profesores de lengua y literatura utilizan herramientas de STEM, como los robots, para ayudar a los estudiantes con el pensamiento crítico y la empatía hacia los personajes sobre los que leen. Mejores prácticas de seguridad Todos estos avances necesitan de una base de seguridad. Para ello, segmentar la red escolar en pequeñas redes, o “clústeres”; realizar un sondeo del sitio inalámbrico que garantice que la escuela cuenta con una cobertura adecuada y segura para todos los dispositivos inalámbricos autorizados; o contar con herra- mientas de filtrado de aplicaciones para mantener a los niños concentrados en sus tareas, protegidos y en cumplir las normas de la escuela, son fundamentales. Administrar la infraestructura de red de una organización no es sencillo, y las instituciones educativas no son la excepción. Pero existen soluciones que abordan los desafíos críticos de la red en la actualidad. En definitiva, se trata de acercar a estas institucio- nes herramientas de seguridad de red más eficaces, rápidos e inteligentes que las permitan obtener (y mantener) altas califica- ciones en seguridad. • Autor: Carlos Vieira, country manager de WatchGuard para España y Portugal OPINIÓN 65