Opinión La impresión 3D también se mueve en el sector alimentario. Choc Edge, CocoJet y ChefJet se han comprometido a que los usuarios puedan imprimir sus diseños eligiendo una gran variedad de materiales comestibles, desde chocolate hasta masa de galletas. Asimismo, en los últimos cinco años han surgido páginas web para compartir y para imprimir diseños guardados en formato.stl. Si bien hay muchas técnicas para im- primir en 3D, páginas como Shapeways y Sculpteo permiten imprimir los diseños sin necesidad de tener una impresora 3D. Hay incluso redes que unen propietarios de impre- soras 3D, facilitando la impresión de diseños locales a otras personas. Sin embargo, los diseños finales pueden decepcionar por la limitación colores o el pequeño tamaño. Según el ciclo de sobreexpectación de Gartner, el consumidor de la tecnología de impresión 3D se está desilusionando, los que han apoyado los proyectos crowdfunding que han fallado seguramente ya están en este punto de desilusión. Probablemente estos productos de consumo tendrán que luchar para lograr atracción y después morir gradualmente. Sin embargo, la impresión de tejidos vivos en 3D está en auge. Todo comenzó con la prótesis personalizable que se sirve de la impresión 3D para reducir costes, además los diseños se comparten a nivel global. Hay compañías, como Open Bionics, que han sido pioneras en este campo y han reducido los costes de las prótesis en miles de dólares. Esto también ha permitido la impresión de órganos. En Estados Unidos, los investigadores del Instituto Wake Forest de Medicina Regenerativa han impreso orejas a tamaño natural, huesos y músculos. Todo esto podría apuntar a una burbuja tecnológica de no ser por el uso bien establecido y generalizado de la impresión 3D en un amplio número de industrias. La fabricación aditiva, el La mayor parte de la aeronave creada por Stratasys tiene piezas impresas en 3D. ThingMaker ha lanzado una impresora 3D que cuesta 300 dólares con una aplicación para niños. sinterizado láser y la estereolitografía se comenzaron a desa- rrollar en 1984 y han logrado establecerse en muchos procesos industriales. En la construcción aeronáutica, compañías como Boeing y Airbus están empezando a utilizar piezas metálicas impresas en 3D con polvo de titanio, reduciendo los costes y la complejidad de la cadena de producción. La tecnología 3D ya se ha utilizado para construir un vehículo aéreo no tripulado (UAV) de propulsión a chorro. En Estados Unidos, Aurora Flight Sciences utilizó la tecnología de la impresión 3D para reducir al 50% el tiempo de la fase de desarrollo del UAV. El UAV tiene una envergadura de tres metros y ha sido diseñado con materiales nuevos desarrollados 65