TRIBUNA DE OPINIÓN Eric Pallarés, CTO de BCN3D 48 “¡Que fabriquen Miguel de Unamuno, filósofo y escritor de la Generación del 98 y una de las figuras espa- ñolas más ilustres del siglo XX, puso en boca de uno de sus personajes en cierto ensayo: “Inventen, pues, ellos y nosotros nos aprovecharemos de sus invenciones. Pues confío y espero en que estarás convencido, como yo lo estoy, de que la luz eléctrica alumbra aquí tan bien como allí donde se inventó.” Con estas célebres palabras Unamuno retrató la idio- sincrasia española, que por siglos ha denostado la ciencia y la tecnología, olvidando que el valor de gene- rar conocimiento supera, y en mucho, al simple disfrute de los avances científicos y tecnológicos. A la luz de lo sucedido en la última parte del siglo XX con la deslocalización masiva de la industria, no única- mente en España, sino en gran parte de las economías desarrolladas, hoy Unamuno bien podría escribir: “Que fabriquen ellos”. En muchos países la industria pasó de ser el motor del progreso a verse, año tras año, rele- gada frente a los servicios. Hemos primado los bajos costes de los objetos manufacturados en la otra punta del mundo, pero se nos ha olvidado que disponer de ellos!” un fuerte tejido industrial aporta valiosos intangibles... No en balde las economías con un fuerte componente industrial han sido más resilientes ante las últimas crisis económicas. La tragedia del COVID-19 no ha hecho más que refor- zar esta observación. Ante el desabastecimiento global de objetos de primera necesidad, como equipos de protección para sanitarios (EPI) o respiradores para enfermos en hospitales, cientos de miles de personas anónimas han enfermado o muerto, ante la impoten- cia de los Estados. Acudir al mercado en busca de mascarillas, test diagnósticos o respiradores ha sido frustrante. “Que fabriquen ellos” ha probado ser una estrategia fallida, insostenible a largo plazo. Ante semejante pico de la demanda, sin embargo, una tecnología ha emergido, capaz de dar respuestas rápi- das y eficientes, de manera local y descentralizada: la impresión 3D. A diferencia de las tecnologías tradicio- nales de fabricación que por lo general se basan en la substracción o transformación de material, la impresión 3D, también llamada fabricación aditiva, consiste en la aportación capa a capa del material de construcción.