El cambio debe ser en el diseño, en el concepto En su opinión de Martín, hay tecnologías 3D híbridas que son un éxito y que han permitido introducir grandes cambios en la fabrica- ción de objetos, pero los avances en el diseño de los mismos no han sido tan relevantes, lamentó. Tal y como ya remarcó en la edición de 2018 de ‘Impresión 3D: fabricando el futuro’, Martín exhortó a los asistentes a recurrir a la tecnología 3D, exclusivamente, cuando el objeto diseñado solo se pueda fabricar mediante esta tecnología. También llamó la atención acerca del creciente número de aplicacio- nes, que no se corresponde con sendas y equivalentes mejoras en la ingeniería de diseño ni de cálculos. El responsable de Ingeniería Aditivada y Prototipos del Inta insis- tió en la necesidad de pensar las piezas desde el origen del diseño y reiteró lo absurdo que resulta usar 3D para obtener piezas que, por ejemplo, se pueden mecanizar. Pero no todo fueron lamentos y críticas, ya que Martín valoró muy positivamente las innovaciones implementadas en soluciones quirúrgicas, basadas en la usabilidad, y en la acertada forma en que la Joyería ha integrado en su sistema productivo la fabricación 3D. Ahorros en tiempo, peso y energía María Lahuerta, directora de Marketing y Desarrollo de Negocio de Stratasys, fue la siguiente ponente en dirigirse al auditorio, menos nutrido que en la edición del pasado año. Ofreció algunas de las principales magnitudes de la compañía estadounidense, que ha comercializado 14.000 instalaciones y cuenta con una plantilla de dos mil personas. Muy presente en la industria aeronáutica y militar, la firma norteamericana ha desarrollado piezas que disminuyen el peso de aviones y en cuya elaboración se requiere un 90% menos de energía que si se recurre a métodos tradicionales de fabricación. Lahuerta, quien ofreció un dato revelador: desde 2017 a 2022 el mercado 3D se triplicará, insistió en la necesidad de adaptar la for- mación a las necesidades del mercado. Los fabricantes, dijo, ofrecen materiales, utillaje y software que deben ser conocidos por los pro- fesionales, particularmente ingenieros y diseñadores. Tras repasar someramente el portfolio de Stratasys -en el que con- viven referencias capaces de trabajar con 32 materiales y ofrecer una variedad de 500.000 colores- Lahuerta esbozó algunos de los casos de éxito protagonizados por la compañía norteamericana, 23 JORNADA Entrando ya en materia tridimensional, el encargado de abrir fuego fue Santiago Martín Iglesias, responsable de Ingeniería Aditivada y Prototipos del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (Inta), dependiente del Ministerio de Defensa. Martín inició su exposición señalando que el sector 3D vive un pequeño bloqueo, un parón del que no escapan ni las administraciones ni los profesionales que des- empeñan tareas en él. Martín considera que esta ralentización se debe, entre otros motivos, a la ausencia de una estrategia conjunta, global, que se solapa en el tiempo con el esfuerzo de los fabricantes de tecnología 3D, que “quieren vender” sus productos. Martín, que acumula ocho años de experiencia en el sector, señaló que la fabricación 3D es una tecnología madura, con unos 35 años de historia. La razón de que no haya avanzado en la misma medida que sí han hecho otras disciplinas con una edad similar, afirmó, es la falta de creatividad y algunos errores conceptuales que se mantienen, como la combinación de tecnologías y materiales “que no tienen nada que ver entre ellos”. Otro error común, dijo, es el deseo de “salir en la foto”, inherente, añadimos, a cualquier ‘hype’ que se precie. María Lahuerta, directora de Marketing y Desarrollo de Negocio de Stratasys, auguró que desde 2017 a 2022 el mercado 3D se triplicará.