bastante heterogénea, mientras en algunos secto- res como los implantes médicos o dentales, existen fabricantes que emplean esta tecnología en su día a día, en otros sectores como la automoción, energía, bienes de equipo, etc. se trata de una tecnología de fabricación emergente y con poco peso todavía. En cualquier caso, todos los estudios apuntan a un crecimiento de las técnicas de fabricación aditiva en todos los campos. Las soluciones de fabricación aditiva para piezas metálicas se pueden dividir en dos grandes grupos dependiendo de la forma de aportar material. Por un lado, están los procesos de fabricación aditiva mediante fusión selectiva de polvo, el cual ha sido previamente depositado en una capa. Estos procesos, también conocidos por su acrónimo inglés Selective Laser Melting o SLM, se basan en la fabricación de una pieza capa a capa, partiendo de cero y empleando una placa de apoyo sobre la que se va añadiendo el material. Se trata de métodos que parten de material en polvo y que lo consolidan capa a capa con la idea de generar una pieza en 3D completa. Los sistemas de fabrica- ción aditiva mediante polvos predepositados son la evolución de las impresoras 3D a piezas metálicas. Este tipo de sistemas incorporan una fuente de ener- gía en forma de láser (SLM) o un haz de electrones (EBM), lo suficientemente potente como para fundir una amplia gama de materiales que se suministran en forma de polvo. Se obtienen piezas de alta calidad, con capas de un espesor que puede oscilar entre 20 y 150 micras. La principal aplicación es para la realiza- ción de piezas completas en 3D, pero presentan una gran limitación de tamaño y productividad. Este tipo de procesos permite una altísima libertad de diseño debido a que es posible fabricar casi cualquier tipo de geometría. Así, se pueden emplear herra- mientas de optimización topológica para minimizar la cantidad de material empleado o realizar diseños biocompatibles para mejorar la osteointegración Cuadro de bicicleta fabricado mediante aditiva. Foto: Renishaw. de implantes con estructuras que imitan las formas que se crean en la naturaleza. Una de las principales características de estos procesos suele ser que la tec- nología está en manos de los principales fabricantes de máquina y se ofrece una solución cerrada, en la que el usuario no solo recibe la máquina, sino el material, la tecnología, software, etc. consiguiendo el fabricante de la máquina, no únicamente vender la máquina, sino el servicio en forma de solución completa del proceso. Por otro lado, dentro de la fabricación aditiva de pie- zas metálicas, otra posibilidad es inyectar material en forma de polvo o hilo, directamente sobre una pieza que hace de material base y sobre la que se deposita material capa a capa. Estas técnicas de aporte directo, conocidas también como Laser Material Deposition o LMD, suelen emplearse sobre piezas que ya han sido fabricadas por fundición o forja, donde se aporta material en zonas en las que se requieren estructu- ras complejas añadidas. El proceso LMD también se emplea en la reparación de componentes que han sufrido algún desgaste o que necesitan añadir material en alguna zona por razones de diseño. En Proceso de aporte LMD. Izq.) Esquema del proceso. Ctro.) Proceso de aporte. Dcha.) Álabe fabricado y parcialmente mecanizado. Foto: UPV/EHU. Mecanizado 35