Ahora, con unos procesos maduros y una técnica absolutamente dominada, ha lanzado al mercado europeo en enero de 2016 una nueva versión de su modelo Lumex, presentado por primera vez en 2003. Se trata de una máquina híbrida que combina la fabricación aditiva con el fresado y que se fundamenta sobre la experiencia de las 55 máquinas que ya están operando en Asia en condiciones de producción. Básicamente, tal y como explica Simon Chappell, director general de Additive Manufacturing Europe en Matsuura Europe, la máquina está pensada para ir fresando la pieza a medida que se va sinterizando el polvo metálico, alcanzando precisiones de 25 micras, aunque puede llegar incluso a las 10 micras. Antonio Postigo, presidente de Maquinser, está convencido del paso adelante que esta máquina supondrá para la indus- tria. “Es una máquina perfecta para nichos determinados de industrias exigentes, como la de los moldes, la aeronáutica o el automóvil. Tenemos que ser capaces de transmitir a nuestros clientes que es un paso que tienen que dar. Jugamos con una ventaja y es que la industria española ya sabe que Matsuura es un fabricante innovador que busca siempre ser pionero en las nuevas tecnologías”. Cambiar el punto de partida En opinión de Chappell, el verdadero valor de la Lumex no se encontrará en la fabricación de una pieza ya existente mediante esta nueva técnica. Una pieza que ya se está realizando en un centro de mecanizado puede contar con partes que en ocasio- nes se realicen mejor en la Lumex, pero con la fabricación aditiva la ventaja no es tanto mejorar procesos existentes, como inven- tar un proceso desde el principio sabiendo que se va a fabricar sin muchas de las limitaciones con las que ahora se contaba. El diseñador es el que tiene ante si un mundo nuevo, una forma de construir piezas hasta ahora impensable. Es el paraíso de un diseñador. La capacidad de pensar en formas sin límites y evitar, por ejemplo, el diseño de electrodos y su posterior fabricación y montaje, porque ya no los necesita. Flexibilidad y libertad en el diseño son por tanto, los puntos de partida. La fabricación aditiva exige un trabajo de reseteado en los pro- fesionales del sector, según se desprende de las palabras de Simon Chappell, un experto con muchos años de experiencia en la fabricación aditiva. “No sólo tenemos que olvidarnos de diseñar una pieza con los anteriores parámetros de las piezas que iban a ser mecanizadas sino que el cliente debe entender que las exigencias de siempre en relación con las propiedades de una pieza ya no son válidas. La pregunta no es si una pieza fabricada con las nuevas técnicas tiene las mismas propiedades que una de las anteriores. La pregunta es si esa pieza responde a las necesidades que la aplicación requiere”. Parece de perogrullo pero obliga a cambiar la mentalidad. Una máquina-herramienta En Matsuura se han tomado la Lumex muy en serio. “Para nosotros es una máquina-herramienta —dice Chappel— cons- truida con las mismas exigencias, pensada para los más altos requerimientos. Es una máquina de tres ejes con una altura de mecanizado invariable ya que es la mesa la que baja, ideal para piezas pequeñas”. En estos momentos en los que la fabricación aditiva, en términos generales, está en una fase absolutamente incipiente en lo que a su introducción en el mercado se refiere, Eventos Seguridad y medio ambiente Matsuura no deja flecos, tampoco, en lo que a salubridad y seguridad en el trabajo se refiere. Un equipo de trabajo de la compañía forma parte de un comité creado para establecer una norma que marque las condiciones de seguridad en las que se debe trabajar con el láser y con el polvo metálico. En relación con el medio ambiente también es interesante el hecho de que el polvo sobrante se filtra y se vuele a introducir en el proceso de forma automática. A la izquierda, muestra de varias piezas en fase de creación. A la derecha, el cabezal de fresado actúa tras cada diez pasadas del distribuidor de polvo metálico. 29