La carne de vacuno de Europa enfrenta MERCADO 50 su mayor reto desde la crisis de las vacas locas El Brexit, las negociaciones con el Mercosur, la bajada de consumo, los movimientos prodefensa de los animales, la huella de carbono y el veganismo... Todo ello conforma un cóctel de desafíos que el sector de la carne de vacuno va a tener que enfrentar. ¿Estamos preparados? Asociación Empresarial Cárnica (Anafric) Los próximos dos años serán fundamentales para el sector de la carne de vacuno de Europa y, por supuesto, para la de España. Esta ha sido una de las principales conclusiones a las que ha llegado el Grupo de Vacuno de Anafric en su reunión celebrada en marzo en Barcelona, evento que contó con la participación del Secretario General de UECBV, Jean-Luc Mériaux. Dos de los principales retos a los que se enfrenta el sector del vacuno son el Brexit y el acuerdo con Mercosur. Sobre el Brexit, Mériaux recordó que “lo único que sabemos a día de hoy es que en 2019 el Reino Unido dejará de ser un estado miembro de la Unión europea, y que como mucho hasta 2020 será tratado como un estado miembro más, pero debemos evitar a toda costa que haya controles en frontera entre ambos territorios”, porque un Brexit trau- mático signi ca adoptar las normas de la OMC para los intercambios con aranceles de por medio y una buena parte de las 250.000 toneladas que Irlanda vende al Reino Unido van a tener que ser absorbidas por el resto de países de la Unión. Los negociadores del equipo del artículo 50 avisaron a la UECBV: “prepárense para lo peor”, porque vamos a tener que competir con la carne de Irlanda, Polonia y del Mercosur... Las principales consecuencias en el mercado incluyen un aumento de la autosu ciencia de carne en la UE desde el 102% (con 28 estados miem- bros) al 116% (UE-27), además, habrá una caída de precios al productor que será de -8,8% a corto plazo y de -5,5% a largo plazo. El colapso del mercado de la carne de vacuno, que se estima en una pérdida de 2.400 millones de euros, será notorio en todos los países de la Unión. Sin embargo, los negociadores pueden poner soluciones sobre la mesa que busquen mitigar los efectos del Brexit, como por ejemplo un periodo transitorio, acuerdos de equivalencia con convergencias legislativas o aumentar el acceso a otros mercados.