no demostrar claramente que sus registros de calidad son de con anza y han sido validados por personal autorizado, o para no mostrar un calendario completo de las actividades relacionadas con la calidad, así como cualquier excepción o anomalía? Algo que con frecuencia también supone un obstáculo para la innovación en la fabricación es la percepción de que implantar un sistema electrónico de la calidad supone una gran inversión, tanto en materia de software como de recursos de personal. Sin embargo, esa idea es sencillamente falsa y, como ejemplo, no hace falta más que ver los sistemas de ejecución de fabricación, los tam- bién llamados sistemas MES. Dichos sistemas se pueden implantar y son capaces de generar resultados tangibles en menos de 90 días, lo cual ofrece a los fabricantes la tranquilidad de que las activida- des relacionadas con la calidad están siendo gestionadas mediante el uso de una solución diseñada expresamente para tal uso. Esto supone una clara ventaja frente a los anteriores sistemas en papel. Además de hacer posible mostrar el pleno cumplimiento en caso de una auditoría, los fabricantes pueden demostrar que cualquier oportunidad de manipulación y falsi cación de los datos registrados ha sido erradicada. Llegados a ese punto, es posible liberar recursos de gestión de la calidad para centrarse en las tareas que realmente aportan valor a cada servicio. Las empresas que siguen dependiendo de sistemas desfasados en papel y que requieren de muchos recursos para gestionar la cali- dad se arriesgan a enfrentarse a su propio escándalo y a las crisis de reputación correspondientes. Incluso en caso de que eviten esa amenaza, se verán separadas de las empresas con éxito que elijan más acertadamente los sistemas para las zonas de producción. Las empresas podrán centrarse en crear una percepción positiva de sus marcas si aprovechan una solución para la calidad diseñada especí camente para el sector alimentario. Además, podrán man- tener la con anza de los grandes supermercados de Reino Unido, seguros de saber que sus actividades relacionadas con la calidad son sólidas, fácilmente veri cables, y no están expuestas a la mani- pulación o la falsi cación de los datos registrados. Algo que también ofrece un Factory MES que no sería posible con papel y lápiz es un interfaz de operación que avisa al personal de la zona de producción cuando está previsto un control. Este es un elemento clave a la hora de proporcionar visibilidad sobre las acti- vidades relacionadas con la calidad en toda la instalación. Además, el sistema apoya las rutinas de alerta y de propagación de la infor- mación, asegurando que la persona adecuada sea consciente, en el momento adecuado, de cualquier problema relacionado con la calidad que pueda surgir. Obviamente, el proceso en sí no es el culpable del etiquetaje inco- rrecto con carácter sistémico de los alimentos, sino que, según indica el fomento de las malas prácticas por parte de los super- visores, algunas empresas parecen tener un problema de cultura empresarial. No obstante, la aplicación de las buenas prácticas de fabricación resulta aún más difícil con un sistema en papel que abra las puertas a la manipulación y la negligencia. Un sistema electrónico por sí solo no va a resolver el problema, pero sí aporta transparencia operativa y ofrece al equipo directivo la visibilidad necesaria para aplicar las mejores prácticas. Mediante la implantación de un sistema que sea el apropiado para sus necesidades, las empresas pueden gestionar y prevenir de forma activa los riesgos a la reputación que representan las acti- vidades relacionadas con la calidad que han sido gestionadas de manera de ciente. Esta es una tarea que no se debe plantear a la ligera, pero los obstáculos son diminutos si se comparan con las consecuencias negativas, potencialmente enormes, que pueden sufrir las empresas que deseen simplemente (y erróneamente) mantener el statu quo. Hacer lo que se ha hecho siempre va contra el progreso, ya sea la mejora de la calidad de la seguridad alimentaria en las zonas de pro- ducción o el potenciar los buenos resultados de la empresa. Puede que implantar un sistema de calidad se considere una tarea sin un retorno de la inversión cuanti cable, pero eso supone un pequeño precio para evitar ser la víctima del próximo escándalo de segu- ridad alimentaria, una catástrofe capaz de acabar con cualquier empresa, y de la que nadie quiere ser responsable.• TRIBUNA DE OPINIÓN 31