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CALIDAD 67 billones para el año 2050 (Centers for Disease Control and Prevention, 2003). Esta situación demográfica supone un reto muy importante para países y gobiernos ya que, precisamente ése rango de edad está relacionado con el padecimiento de determinadas enfermedades que conllevan un impacto importante en la sociedad y en los sistemas de salud (Gkotzamanis et al., 2022). Por otra parte, el estilo de vida de las ciudades (urbanita) ha hecho que aumente el consumo de alimentos procesados y listos para el consumo. Una de las iniciativas del Pacto Verde Europeo, la denominada estrategia de la Granja a la Mesa indica que `las dietas europeas no están alineadas con las recomendaciones nutricionales´. Y es que, nuestros actuales sistemas alimentarios nos están suministrando dietas poco saludables y poco sostenibles desde el punto de vista medioambiental. Todo esto marca la necesidad y urgencia de una tarea realmente compleja como es la transformación de los sistemas alimentarios. Los sistemas alimentarios incluyen todos los elementos relacionados con la producción, procesado, distribución, preparación y consumo de alimentos. La producción de alimentos es el primer factor de degradación medioambiental que afecta a la estabilidad de los ecosistemas. Concretamente, los alimentos contribuyen al efecto sobre el calentamiento global a través de su cultivo, de cómo se han criado los animales, de cómo se han almacenado, procesado, envasado y transportado a los distintos mercados de todo el mundo. La producción agrícola y de alimentos en general ya han sido reconocidos como vectores de degradación medioambiental Conceptos como agricultura, ganadería, acuicultura sostenible son cada vez más comunes en una marcada corriente hacia la transformación de cada parte de los sistemas alimentarios Se habla de los sistemas alimentarios circulares que ya están siendo reconocidos como parte de la estrategia para mitigar el cambio climático. En esta labor necesaria para que los sistemas alimentarios se adapten al cambio, surge la oportunidad del cambio de la dieta actual hacia una dieta saludable y sostenible. Este tipo de dieta se caracteriza porque incluye alimentos que tienen una menor huella de carbono por lo que, dicha dieta, estaría fundamentada en el consumo de vegetales, legumbres, cereales, frutos secos y semillas como alimentos esenciales y alimentos de origen animal producidos en sistemas resilientes, sostenibles y de baja emisión de GEI. LOS SISTEMAS ALIMENTARIOS SOSTENIBLES COMO AGENTES DEL CAMBIO HACIA LA DIETA SALUDABLE Y SOSTENIBLE La consecución de sistemas alimentarios sostenibles es un área crítica para promover las dietas saludables, a la vez que para contribuir en la consecución de los ODS. La decisión de adherirse a un modelo de dieta y unos hábitos de consumo que integran el consumo de, principalmente, productos de origen vegetal en la que se reduce el consumo de productos cárnicos procesados, el consumo de sal, el de azúcar, las grasas trans y se centra en un mayor consumo de cereales integrales, frutas, frutos secos, vegetales y legumbres elaboradas a través de procesos eficientes y minimizan las pérdidas y desperdicio alimentario en todas las fases de producción y elaboración implica tomar conciencia de la importancia que tiene nuestro modo de vida sobre la sostenibilidad del sistema alimentario. El concepto de dieta saludable y sostenible de acuerdo con la FAO y la OMS el hambre, una de las mayores amenazas para la salud de las personas en este siglo. Hay una llamada muy importante a la consecución de un mundo en el que se erradique tanto el hambre como la malnutrición, una de cada tres personas del mundo están malnutridas, detallado en los Objetivos de Desarrollo sostenible (ODS) definidos por las Naciones Unidas. Concretamente, en el ODS 2 se enfatiza la necesidad de erradicar el hambre y se focaliza en la nutrición, la seguridad alimentaria y la agricultura sostenible (Fanzo et al., 2020). Por otra parte, y ligado a este ODS, el ODS 12 explicita sus objetivos en una producción y consumo responsable poniendo el foco en la alimentación. Una buena alimentación tiene una repercusión directa en nuestra salud, pero también sobre la salud del planeta. Las elecciones que realizamos en el consumo de alimentos, y la forma en que estos se producen, tienen una influencia directa sobre el cambio climático, el uso y degradación de recursos naturales y la biodiversidad, así como también generan un gran impacto en otras cuestiones de crucial importancia como las relacionadas con las políticas. Así la Organización Mundial de la Salud engloba los conceptos de la salud humana, la animal y medioambiental en un único concepto denominado One Health. La población mundial sigue creciendo y se espera que alcance los 10 billones de personas en 2050 y la demanda de comida se incremente en consecuencia entre un 60 y un 98% para ese mismo año respecto a la producción actual. Unido a esto, surgen grandes cuestiones asociadas como, por ejemplo que, de acuerdo a los datos de Naciones Unidas, se espera que el número de personas por encima de 60 años alcance los 2

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