TC23 - Equipos y productos para la industria de la carne

FORMULACIÓN Si hablamos de cifras, el sector vive un momento positivo. Desde 2019 hasta 2021 hemos vivido en una especie de burbuja artificial creada por la desaparición del 25% de la cabaña porcina mundial. Además, el crecimiento de la Peste Porcina Africana (PPA) redujo mucho el número de exportadores internacionales, especialmente cuando estalló en Alemania. Todo esto tuvo beneficios para España a corto plazo, pues hemos podido aumentar nuestra producción y exportación a niveles altos, pero ahora los mercados se están resituando y es el momento de hacer los deberes y volvernos a colocar fuera de esa burbuja de demanda agregada. A efectos de mercado, 2022 será el año de hacer esta transición, disminuyendo la producción porcina para adaptarnos a la bajada de la demanda y buscando nuevos destinos de exportación más allá de China –el sudeste asiático es la zona de mayor interés–. Si queremos ser efectivos, esta recolocación general debemos hacerla ligando los nuevos niveles productivos con las medidas de sostenibilidad medioambiental. Las declaraciones del Ministro de Consumo, Alberto Garzón, han desatado una polémica que hacía tiempo que no veíamos… ¿Qué tiene que decir Fecic al respecto? Creo que generó un debate inexistente al que al sector ha sabido responder muy bien. Fueron unas declaraciones oportunistas frente a una campaña electoral concreta de un territorio totalmente vinculado al sector primario. Quiso crear una discusión que, al final, no ha aportado nada. Las macrogranjas no existen en España, son un concepto que prácticamente solo existe en China por la reconversión de sus granjas hasta crear centros de producción enormes. Sin embargo, sí que creo que detrás de todo esto hay un modelo productivo que debe reorientarse. En España existe ganadería extensiva, pero este modelo es complicado en cuanto a rendimientos productivos. No olvidemos que debemos dar de comer a casi 50 millones de personas y las condiciones en extensivo no permiten lograrlo. Nuestro territorio es mayoritariamente de secano, con una gran producción agraria centrada en los cereales. Debemos aprovechar esto de algún modo para crear proteína cárnica y ofrecerla a la población porque, si no, del pasto no podremos sobrevivir. Por otro lado, la patronal y los sindicatos alcanzaron recientemente un acuerdo para aplicar el nuevo convenio colectivo a la industria cárnica, tras una negociación en la que incluso los representantes sindicales amenazaron con ir a la huelga. ¿Está satisfecho con los resultados obtenidos? Sí y no. Por un lado, hemos logrado una paz social muy conveniente para el sector. Por otro, creo que hemos firmado un convenio muy caro. Ante la inflación que vivimos, aunque se hayan subido los salarios –una muy buena subida comparada con las de los últimos años–, no acaba Collado apuesta por los formatos híbridos en los que se mezclen proteínas animales y vegetales. 31

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