ENVASE Este envase puede alargar la vida útil de la carne y degradarse en un periodo máximo de 90 días desde que se desecha, a la vez que puede reducir el desperdicio de comida, que es uno de los objetivos de la estrategia de la bioeconomía circular de la UE 71 miembros de la UE ha creado un envase compostable fabricado de un material sostenible, poli(3-hidroxibu- tirato-co-3-hidroxivalerato) (PHBV), que se produce a partir de suero de queso y microcelulosa de cáscaras de almendras. “El paquete ideal implica huellas de carbono e hídricas más bajas, es biodegradable en el medio ambiente y compostable, hace uso de desechos o subproductos, está diseñado ecológicamente, es seguro y tiene las propiedades de conservación adecuadas para minimizar el desperdicio de alimen- tos. YPACK está cumpliendo con esta visión”, explica José María Lagarón, investigador del CSIC en el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA-CSIC) y coordinador del proyecto. Envase activo Los expertos han buscado que además de biode- gradables los envases sean activos, es decir, que participen de forma activa en la conservación del pro- ducto. En un paso previo, en el desarrollo del nuevo material del proyecto “que denominamos biopapel”, se utilizó PHBV a partir de subproductos de la indus- tria alimentaria y se incorporó óxido de zinc y aceite esencial de orégano, dos ingredientes activos. Estos compuestos tienen buena actividad antimicrobiana contra dos bacterias que pueden causar intoxica- ción alimentaria: Staphylococcus aureus (estafilococo áureo) y Escherichia coli (E. coli). Los investigadores descubrieron una proporción óptima de los ingredientes activos, óxido de zinc y aceite esencial de orégano, que mostraron efectos antibacterianos a corto, 15 días, y medio plazo, hasta 48 días, en sistemas abiertos y cerrados. Es decir, la fórmula podría usarse para productos alimenticios en los que el paquete se abre y se cierra varias veces, por ejemplo en el caso de rebanadas de pan o lonchas de jamón. Por lo tanto, señalan los científicos, podrían usarse tanto en bandejas como en películas de con- tacto alimentario como una capa activa. Los resultados en fase piloto muestran el potencial de los envases activos de base biológica para aumen- tar la vida útil de los productos frescos como carne, frutas, verduras y pasta fresca. El siguiente paso con- sistirá en evaluar la validez del envasado industrial en este tipo de productos frescos, los que más se desperdician. Para ello se llevará a cabo un perfil del consumidor y un estudio de mercado para identificar las preferencias de los consumidores y las necesi- dades del mercado y combinarlas con las nuevas regulaciones de la UE y el desarrollo de materiales de embalaje. Por el momento, el proyecto YPACK ha realizado un estudio preliminar que incluyó a más de 7.000 consumidores de siete países (Dinamarca, Francia, Hungría, Países Bajos, Portugal, España, Turquía). Los resultados muestran la aceptación del uso de cáscaras de almendras y suero de queso en los materiales de envasado de alimentos así como las tecnologías de envasado pasivo y activo. Si bien, debido a restricciones regulatorias dentro de la UE, el embalaje final de YPACK no contendrá, en primera instancia, una capa activa, sino que estará hecho exclusivamente de PHBV biodegradable. •