EPIS 58 y algunos casos esterilizarse, con frecuencia; las heridas han de desinfectarse y vendarse, con inde- pendencia de su gravedad, así como cubrirse con un material protector hasta su curación. También la lim- pieza y la higiene del lugar de trabajo son igualmente importantes; se incluyen aquí un lavado exhaustivo de los equipos y las superficies en contacto con los tejidos animales después de cada jornada laboral, el control y la exterminación de roedores y la exclusión de perros, gatos y otros animales de los centros de trabajo. Es importante reseñar que la mayoría de los microorga- nismos utilizados en la Industria Alimentaria industrias se consideran inofensivos. En la elaboración del vino, el queso, el yogur y la pasta agria se emplean procesos microbiológicos para obtener productos consumibles. También en la producción de proteínas y encimas se aplican cada vez más técnicas biotecnológicas. Ciertas especies de aspergilos y de bacilos generan amilasas que convierten la fécula en azúcar; la leva- dura transforma la fécula en acetona; y el tricoderma y el penicillium producen celulasas que se descom- ponen en celulosa. En los procesos de elaboración de alimentos las esporas de hongos y actinomicetos se encuentran en abundancia, y el aspergillus y el penici- llium suelen estar presentes en la atmósfera ambiental de las panaderías y el penicillium también se encuen- tra en los centros de producción láctea y cárnica en la maduración de quesos y salchichas. Las medidas de limpieza adoptadas con anterioridad a la venta dis- persan estas sustancias en el aire, y los trabajadores pueden padecer alveolitis alérgica. Los casos de asma profesional se asocian a la acción de muchos de estos organismos, mientras que de algunos otros se sospe- cha que causan infecciones y transportan micotoxinas. Las enzimas tripsina, quimotripsina y proteasa se vincu- lan a la hipersensibilidad y a los trastornos respiratorios. • Por exposición al ruido: algunos procesos mecá- nicos de la industria alimentaria especialmente las conserveras generan un ruido elevado, que cons- tituye un riesgo grave para la salud. El deterioro de la audición se produce como consecuencia de una exposición continua y prolongada al ruido por encima de los niveles umbral reconocidos, y consti- tuye una enfermedad incurable que causa trastornos de la comunicación. Los trabajadores expuestos a este riesgo físico pueden sufrir una serie de efectos negativos para la salud con daños auditivos como enmascaramiento de la audi- ción, sordera profesional y a nivel psicológico estrés y ansiedad. Asimismo, existe una asociación entre la exposición a un nivel de ruido elevado y las anomalías en la tensión arterial, la frecuencia cardíaca y el ritmo y el volumen de la respiración, así como la aparición de espasmos estomacales e intestinales y trastornos nerviosos. La susceptibilidad personal, la duración de la exposición y la frecuencia y la intensidad del ruido son factores que determinan el riesgo de la exposición. De acuerdo con el Real Decreto 286/2006, de 10 de marzo, sobre la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a ruido, se debe evaluar los niveles de exposición diarios cuando en la evaluación de riesgos se identifique la posible exposición de los trabajadores a niveles superiores a 80 dB. En función de los niveles de exposición diarios y niveles pico medidos implantar las medidas técnicas y organizativas para la reducción del riesgo. Garantizar que el grado de exposición al ruido no resulta peligroso constituye la estrategia fundamental de los controles sonoros y si los medios de protección colectiva no fueran eficaces se debe proporcionar cascos UNE EN 352:1 o tapones EN