centros de producción alimentaria. Las dos prime- ras sustancias se utilizan en la extracción de aceite de oliva. La exposición al CO, que es un gas incoloro e inodoro, y difícil de detectar tiene lugar en fábri- cas de ahumados de ventilación deficiente, silos de cereales, bodegas para la fermentación del vino o almacenes de pescado. El dióxido de carbono, es utilizado en la refrigeración de productos que deben transportarse. La congelación o refrigeración con hielo seco, los túneles de congelación por (CO2y los procesos de combustión ponen en contacto a los trabajadores con este gas. Los síntomas de intoxica- ción por sobreexposición al CO y el (CO2 incluyen migrañas, mareos, somnolencia, náuseas, vómitos y, en casos extremos, llegan a producirse fallecimien- tos Debe garantizarse una ventilación adecuada sobre los recipientes de hielo seco para evitar que el gas tenga efectos nocivos. 3. El PVC es utilizado en los materiales de envasado y en los envoltorios de alimentos. Cuando se calienta una película de PVC, los productos de degradación térmica irritan los ojos, la nariz y la garganta. Además, los trabajadores declaran padecer dificultades al respirar, dolores en el pecho, náuseas, dolores de músculos, escalofríos y fiebre. 4.Los hipocloritos, ácidos (fosfórico, nítrico y sulfú- rico), cáusticos y compuestos amónicos cuaternarios suelen utilizarse en las tareas de limpieza con pro- ductos líquidos. En caso de una exposición excesiva y de contacto, se produce irritación y corrosión de EPIS los ojos, la piel y los pulmones. Una manipulación inapropiada puede dar lugar a la emisión de sustan- cias altamente tóxicas, como el cloro y los óxidos de azufre. 5.Los refrigerantes como el amoníaco anhidro, el cloruro de metilo y otros hidrocarburos alifáticos halogenados utilizados en procesos de congelación y en cámaras frigoríficas plantean riesgos de intoxi- cación y quemaduras químicas. 6. Los fumigantes como la el amoníaco anhidro, la fos- toxina (fosfina) y el bromuro de metilo previenen la aparición de plagas durante el almacenamiento y el transporte de materias primas alimentarias. 7. Los disolventes clorados estimulan a las células de la epidermis para adoptar pautas de crecimiento pecu- liares, y tal estimulación queratínica puede dar lugar a la formación de tumores. Otros compuestos clora- dos presentes en los jabones con fines bactericidas pueden provocar dermatitis por fotosensibilidad. Deben seguirse las prácticas adecuadas para lograr esta protección al manipular tales compuestos, hasta que las mediciones atmosféricas del área en cuestión se encuentren por debajo de los límites establecidos. También deben adoptarse las medidas necesarias para evaluar el nivel de contaminación tóxica en el lugar de trabajo y garantizar que los niveles de exposición no excedan los límites estipulados en las normativas sobre salud y seguridad. El grado de contaminación debe analizarse con frecuencia, sobre todo después de cambios en los métodos de elaboración o en los productos químicos utilizados. Entre los controles administrativos se cuentan la rotación de trabajadores para reducir el período de exposición) y la realización de tareas peligrosas en fines de semana y en períodos ajenos a los turnos habi- tuales, para reducir el número de personas expuestas. Entre los equipos de protección persona (EPI): gafas contra salpicaduras, protectores faciales y respirado- res para el personal encargado de mezclar productos químicos peligrosos. Se emplean distintos tipos de respiradores en función de la naturaleza de la tarea efectuada y del nivel del riesgo. • Por exposición a contaminantes biológicos: las enfermedades infecciosas y parasitarias de ori- gen animal constituyen el riesgo para la salud más específico de las industrias alimentarias. Son muy comunes en los trabajadores de los sectores cárnico y lácteo, como resultado del contacto directo con los animales infectados. Es un riesgo que corren tam- bién los agricultores y otros trabajadores que entran en contacto con animales. La prevención resulta especialmente compleja, ya que es posible que los animales no muestren síntomas de enfermedad. La higiene personal es fundamental para prevenir la contracción y la difusión de las enfermedades dér- micas infecciosas y parasitarias: baños, lavabos y duchas limpios; uniformes, los equipos de protec- ción personal y las toallas de mano deben lavarse, 57