Nuevos alimentos e ingredientes proteicos gracias a la tecnología de extrusión SALUD 20 Una mayor concienciación de los consumidores, especialmente de los jóvenes, por la necesidad de buscar alternativas más sostenibles a las fuentes de proteínas cárnicas, así como el auge de opciones de alimentación vegetarianas y veganas, ha llevado a la industria alimentaria al desarrollo de una amplia variedad de nuevos productos alimentarios en diferentes formatos: snacks vegetales, barritas elaboradas con harinas de insectos, proteínas vegetales texturizadas, análogos cárnicos...Todos ellos cada vez más frecuentes en los supermercados y en su mayoría posibles gracias a la tecnología de extrusión. Los avances en las tecnologías de extrusión permiten a las empresas de alimentación desarrollar nuevos ingredientes que pueden modificar aspectos hedónicos del producto (textura, forma y aroma) al que son incorporados, para adaptarlos a las deman- das del mercado. Para Mariana Valverde, técnico de Proyectos del departamento de nuevos productos y procesos de Ainia: “La extru- sión es un proceso versátil que por un lado, permite el desarrollo de nuevos ingredientes que mejoran las cualidades de los alimentos al actuar sobre aspectos tales como la digestibilidad, la capacidad de retención y/o absorción de agua, la solubilidad, textura y aroma, etc. Y, por otro lado, el procesado mediante extrusión permite la reorien- tación de la estructura proteica vegetal hacia una forma propia de la proteína animal para el desarrollo de sustitutivos cárnicos”. Entre los alimentos con apariencia cárnica más comunes se encuen- tra la soja texturizada. Con aspecto de copos secos y crujientes y con un alto valor proteico, similar al de la carne, la soja texturizada puede emplearse directamente para darle una textura crujiente al plato (toppings) o para, tras ser rehidratada, incorporarla a salsas, guisos o sopas. Innovación tecnológica para desarrollar nuevas fuentes de proteínas El proceso de extrusión de alimentos es una forma de cocción rápida, continua y homogénea que, a partir de cambios de presión, temperatura y humedad, ofrece una serie de cambios en la forma, textura, estructura y composición del producto. Así, proteínas procedentes de vegetales como la soja, trigo, garbanzo, patata, guisante, cáñamo..., o de otras fuentes alternativas como insectos y algas o de derivados lácteos como el huevo, sometidas a procesos de extrusión, pueden alcanzar una estructura similar a la de la proteína animal. “De modo que suponen una innovadora materia prima en el desarrollo de nuevas matrices alimentarias ricas en proteínas”, ha añadido Valverde.