¿Qué medidas propone Fenacore el sector para paliar esta situación? El presidente de Fenacore subraya la necesidad de poner en marcha un escenario tarifario competitivo, capaz de asegurar la continuidad de la agricultura en gene- ral y del regadío modernizado en particular; sobre todo, tras las inversiones acometidas por el sector para transformar los antiguos sistemas de riego en otros de menor consumo de agua, aunque de mayor demanda energética. Por qué el déficit y las posibles soluciones Andrés del Campo, presidente de la Federación Nacional de que lejos de aumentar el gasto energético para reducir el Comunidades de Regantes (Fenacore). ¿Y qué consecuencias puede acarrear esta medida en el pequeño agricultor? “La orientación de la producción de cultivo de regadío a cultivo de menos necesidades. Y también el abandono. ¿Cómo van a pagar y amortizar la instalación de riego si se reducen sus ingresos? Sin duda, abandonando”, apunta el presidente de Fenacore. 24 / dossiertendencias El representante de la asociación hacía referencia a cómo esta medida puede agudizar el problema del descenso de población del medio rural. “En España y Europa, menos del 6% de los agricultores, son menores de 35 años. Se está reduciendo la población en el medio rural. ¿Qué pasará en un precio, conseguirá contenerlo. En este sentido, los regantes demandan pagar únicamente por la potencia real registrada y no por la teórica contratada para evitar el gasto de un servicio que no utilizan fuera de la época de riego; o como alternativa, firmar un contrato anual con una mínima potencia para el suministro básico del mantenimiento de los equipos y otro de temporada para los meses de máximo consumo. “Ese 115% que es lo que aumenta la tarifa de riego como consecuencia de esta orden aprobada el mes de agosto, solo beneficia realmente a las actividades que tengan un consumo con regularidad y no a un consumo estacional como el del regadío y como el de muchos sectores productivos del país”, explica Del Campo. “Estos costes energéticos hacen insostenible el regadío modernizado y sólo unas tarifas mejor adaptadas garanti- zarían su viabilidad y nuestra colaboración en la trasforma- ción de las más de un millón de hectáreas que todavía quedan pendientes de modernizar en la segunda fase del Plan Nacional de Regadíos; una fase que está paralizada por la necesidad de fondos públicos y de unos planes de amor- tización adecuados al escenario tarifario actual”, apunta el presidente de Fenacore. En este sentido, ya se han dado casos de situaciones en las que el regante no puede hacer frente a tales presiones económicas. “Ya hay zonas de regadíos recientemente modernizadas, es decir, que han acometido fuertes inver- siones, y que actualmente están sembrando cultivos típicos del secano. La consecuencia es una reducción drástica en los ingresos totales del agricultor y de todo el complejo agroalimentario, además de la imposibilidad de poder amortizar los nuevos regadíos”, sentencia. “Pero aquí —según el presidente— esto se penaliza, es decir, si producen energía alternativa además tiene que pagar. Se está haciendo de modo que no se puede utilizar ese camino como solución de futuro. Hay que tener en cuenta que con este tipo de energías alternativas evitaría- mos la dependencia de importar de otros países esas mate- rias primas”. Otras alternativas para conseguir un escenario más compe- titivo pasan por despenalizar el uso de las tarifas de tempo- rada o bien, poder firmar más de un contrato por año: uno anual con una mínima potencia para el suministro básico del mantenimiento de los equipos y otro de temporada para los meses de máximo consumo (meses de riego). Asimismo, otra medida pasaría por “facilitar la producción de energía distribuida para que los diferentes sectores como en el caso del regadío podamos producir energía en nuestra zona regable para autoconsumo”. Según Del Campo, por ejemplo, con energía renovable o incluso energía hidráulica, quien posea un canal con un salto de agua o acceso a ener- gía eólica, podría producir para autoconsumo. “Ya existe esta experiencia en otros países, en Estados Unidos y en varios países europeos, lo que se denomina Netering. Con la energía que se produce, cuando no se necesita, se inyecta en la red y cuando es necesaria, se consume. En este caso, se habla de un balance energético entre lo inyectado y reci- bido, y se pasa la factura a la compañía eléctrica”. Regadíos