/ OPINIÓN Sin duda, no creo que sea necesario cantar las exce- lencias y verdades del agua; resulta ocioso dedicarle loas. El agua, por sus bondades, es ya merecedora de las mayores atenciones y alabanzas. Todos sabemos de su necesidad y que sus verdades son cosa de la ciencia. La visión del que trabaja con ella, sin contrariarla, sería una cuestión bien distinta y no precisamente homogénea y es que, dentro de su sencillez, encierra una gran complejidad, tanto en el aspecto científico como en el de su gestión, porque hay que dar agua de buena calidad y en la cantidad 14 / dossiertendencias UNA VISIÓN DE LA SITUACIÓN DEL AGUA EN ESPAÑA necesarias para hacerlo posible. Al mismo tiempo, Don Juan ha utilizado el baño y el agua que usó ya no es apta para cualquier otro uso, por lo que se deben desarrollar una serie de actuaciones para lograr que el agua llegue a los cauces con una calidad que no ponga en riesgo la salud de las personas. necesaria a todas las personas. Y eso no es fácil. Sin ánimo de polemizar —aunque todos sabemos que sin agua no hay vida y que la calidad de nuestra existencia depende de que dispongamos de ella en cantidad y cali- dad—, no todos le dedicamos los cuidados que están a nuestro alcance, evitando el despilfarro al consumirla y su utilización como receptor y vehículo para librarnos de cier- tas sustancias, que cuanto menos nos incomodan. Por ello, cabe preguntarse por los mecanismos que son necesarios para evitar esos modos de uso y por quién han de ser implantados, teniendo en cuenta que las razones para convencer a los ciudadanos han de ser tanto científicas como de gestión. Enseguida surge una primera dificultad, ya que la decisión de cuáles han de ser esos mecanismos depende del modelo político implantado y de quién es el responsable de aplicar- los. En cualquier caso las fuentes de las que se van a nutrir son la pedagogía y la coerción; así resulta de la experiencia, convencer e imponer. Ahora demos un paso hacia atrás, porque antes de que se tomen esas decisiones es necesario disponer del agua en condiciones óptimas para que la puedan usar los ciudada- nos. Así que adentrémonos en el mundo de la producción del agua para consumo humano, porque previo a que Don José abra el grifo para beber un vaso de agua, se habrán desarrollado varias actividades que van desde su captación hasta el tratamiento y la puesta a su disposición y todavía antes de eso se habrán construido las infraestructuras En España las competencias para la toma de esas decisio- nes están compartidas entre el Estado, las Comunidades Autónomas, las Diputaciones y los Municipios, y a su vez, se encuentran compartimentadas con lo que resulta difícil establecer una política uniforme en esta materia. Esta cues- tión afecta tanto a la producción del agua como a su gestión; aspectos que a su vez están íntimamente relacionados. Vivimos tiempos difíciles; no quiero emplear la palabra crisis porque la situación se aventura como algo más dura- dero. Son tiempos en los que hay que gastar bien, no caben las alegrías ni el derroche y eso demanda más que nunca una buena planificación para hacer lo necesario para cubrir las necesidades de agua buena para todos los usos y garan- tizar su sostenibilidad. Una planificación que deben de hacer los técnicos y desarrollar los políticos. Lo contrario no deja de ser una sinrazón, como ha demostrado la experiencia. Actuar así no es más que humanizar el agua en el sentido de hacerla accesible a todos en función de sus necesidades, o si se quiere de objetivarla, alejándola de intereses ajenos a su misión de servicio al hombre y más aún a la naturaleza. La aludida planificación conlleva el desarrollo de múltiples actividades, que en conjunto conforman “el sistema agua” que permite disponer de agua en cantidad y de calidad en los hogares, y que nuestros ríos continúen siendo medio de vida para la fauna, la flora y para nosotros mismos. ANTOLÍN ALDONZA, DIRECTOR GENERAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE EMPRESAS DE TECNOLOGÍAS DEL AGUA (ASAGUA) Todo este complejo conjunto de acciones es dinámico: hay que reponer infraestructuras; construir otras nuevas, mantenerlas y conservarlas; investigar e innovar para