tengan que alcanzar el techo, puede proporcionar un tiempo crí- tico para reaccionar antes de que el incendio cause daños y se pueda actuar mientras su dimensión sea perfectamente controla- ble. Cada instante que se tarde en detectar el conato de incendio se torna crítico a la hora de proteger ocupantes y activos en los edificios. Estas tecnologías suponen una excelente propuesta de detección temprana en entornos donde ésta es difícil de conseguir. Los proveedores de sistemas clásicos de detección de incendios, siguen mejorando sus metodologías de detección para ofrecer una cobertura más amplia y una respuesta más rápida a orígenes de fuego reales tratando de eliminar al mismo tiempo las falsas alar- mas de la forma más fiable posible. Además, las mejoras incluyen funciones que reducen los costes de mantenimiento, pruebas e ins- talación. Sin embargo, algunos problemas fundamentales limitarán siempre las capacidades de las tecnologías de detección clásicas debido a restricciones físicas, especialmente cuando el humo tiene que migrar a los detectores y más aún en ambientes exigentes. En entornos de ambiente contaminado como la industria papelera o aserraderos, no es propicio el uso de detección óptica por la alta incidencia de falsas alarmas que puede provocar la suciedad en suspensión. Aquí una detección térmica puede no ser lo suficien- temente precoz. En edificios con techos altos y grandes volúmenes como almacenes, hangares o naves de producción; la estratifica- ción del aire debido a bolsas de aire caliente, puede hacer que la temperatura que necesita el humo para romper esa barrera tér- mica y alcance el detector sea elevada y esto quiere decir que el incendio en ese momento tendrá una energía mucho más alta que lo deseable para su control. Una cámara de vídeo estaría observando el evento desde el mismo momento que se produce. Con analítica de detección puede detectar un incendio tan pronto como el humo o la llama entre en su campo de visión y no requiere por tanto que el humo migre a ningún sensor. La notificación de la detección será así mucho más rápida que la de los detectores de humo de tipo puntual, lineales o por aspiración. En entornos exigentes con techos altos, es especial- “Desde que las tecnologías digitales se aplicaron al vídeo, una de las fuentes de datos más potentes de las que disponemos son las cámaras de videovigilancia” mente importante la detección del incendio en su origen, pudiendo detectar el inicio de un incendio en segundos, mientras que otras tecnologías necesitan minutos debido al tiempo de ascensión y transporte (en caso de sistemas de aspiración) del humo hacia el detector. Además, se analiza simultáneamente la presencia de humo o llama, ampliando así el espectro de incendios que se pue- den detectar: desde una combustión de alcoholes sin humo hasta combustión de madera sin llama. Una vez que un sistema detecta un incendio, el tiempo sigue corriendo. La evacuación de un recito es una tarea crítica de cara a la seguridad y además en entornos de producción puede ocasionar unos costes por parada de maquinaria muy elevados. Las tecnolo- gías de detección de fuego por vídeo, aportan la secuencia de video en vivo para la verificación del incendio y grabaciones para un pos- terior análisis de las causas. De esta forma se acelera de manera muy considerable la verificación del incendio y la toma de decisio- nes a la hora de gestionar una posible evacuación. Los operadores de un centro de control o los vigilantes locales pueden verificar la alerta en la imagen de vídeo antes de activar una alarma de evacua- ción. Además, pueden localizar con precisión la ubicación exacta PROTECCIÓN CONTRA INCENDIOS 61